Su tamaño promedio es de 6 a 7 centímetros de largo y posee un par de antenas delgadas, dos grandes ojos y, entre ellos, tres ojos pequeños.
Sus patas delanteras las utiliza a manera de manos que mantiene recogidas delante de la cabeza, de ahí su nombre "religiosa", con espinas para sujetar y asegurar sus presas que usualmente devora vivas y puede girar su cabeza 180 grados. Este insecto tiene un único oído localizado en su tórax.
Es un animal solitario salvo en la época de apareamiento y, generalmente, las hembras son agresivas e incluso algunas veces, no siempre, ataca al macho cortando su cabeza en la copula que bien puede durar un par se horas. En este animal es cierto que se puede perder la cabeza por amor.
Es comprobado que este insecto percibe con su vista de manera tridimensional y, dadas sus manifestaciones en las que se observa valentía y arrojo,
sus acrobacias son estudiadas en la robótica. Como en algunas de sus vivencias hay situaciones un tanto contradictorias, son causa de curiosidad y admiración e incluso, entre personas que desconocen lo relacionado con este animal, les genera desconfianza y miedo aunque es sabido que no transmite enfermedades a los seres humanos.
En el año 1977 fue designada como insecto oficial del estado de
Connecticut, Estados Unidos, por su beneficio para los agricultores porque simboliza la importancia del medio ambiente natural. La palabra mantis proviene de griego que significa "profeta" o "adivino" porque, cuando caza, la mantis religiosa permanece inmóvil con sus patas delanteras levantadas a manera de meditación.