El libro “Mientras pasa la lluvia…” es la historia fiel y real de una hija
de inmigrantes franceses; Lydia Lacroix, quien queda sola en la Ciudad
de Cartago, Costa Rica, a la edad de 9 años, esto sucede a principios del
Siglo pasado.
Sus padres, Ricardo Lacroix y Ana Teresa Castillo así como su abuela mueren;
y la niña permanece en un Hospicio de Huérfanos, sin ningún familiar
o amigo que pueda hacerse cargo de ella. Ellos, sus padres, llegaron
a Costa Rica para que el Ing. Lacroix trabajara en el Ferrocarril al
Atlántico.
Cuando la niña abandona el Hospicio, a los 13 años de edad,
se tiene que hacer cargo de sí misma, trabajando como empleada doméstica
e inicia una serie de vivencias que son narradas en el libro,
hasta lograr formar su propia familia y establecerse.
La historia se narra en el contexto de un encuentro familiar con motivo
de la celebración de una conmemoración religiosa denominada Rosario del
Niño; en casa de la protagonista. Esto sucede cuando ella es ya una abuela
y está esperando, junto a su nieta, la llegada de los invitados a este
encuentro de regocijo propio de los pobladores católicos.
Por ser un día lluvioso, una vez concluido el evento, las personas se han
quedado a laespera de que la lluvia amaine, sea, "mientras pasa la lluvia".
Vale hacer notar que la historia permite compartir parte de esas vivencias
que suelen suceder en espacios femeninos; tal es el caso de historias en la
vida de Lydia, que incluye detalles acerca del tejido en crochet, actividad que ella usó
como un medio para generar gran parte de los recursos económicos que le permitieron
criar a sus hijos y mantener su hogar. Además, se destacan algunas
costumbres culinarias de Costa Rica y la tradición del "portal navideño" aunado al
"Rosario Cantado"; se suma el hecho de que la protagonista mantenía un fuerte lazo
afectivo con Francia, la tierra de su padre, quien era natural de Marsella.
El desarrollo del Proyecto conviene, desde su inicio, en el cumplimiento de
dos etapas:
La primera, consiste en la preproducción, publicación y presentación del
libro con el Video correspondiente a manera de un Tráiler Video film; ambientado
en una exposición de artículos tejidos en crochet con la degustación de esos
bocadillos que suelen servirse en los Rosarios del Niño. Todo esto con el propósito de gestionar una segunda etapa.
Esta segunda etapa conviene en la producción y realización de un
encuentro sobre la historia que el libro narra en ambientes que aun hoy,
en nuestros días, existen en muchos lugares de Costa Rica. En los meses de enero y febrero,
se escuchan violinistas en estos "Rosarios del niño" entonando valses de
aquellas épocas, de aquellos años de juventud de la protagonista, junto con otras
canciones que evocan tiempos idos y que siguen calando en el conglomerado de este país.
Nuevamente la gracias por su atención y, quedamos a la espera de contar con
su anuencia a tan noble fin con el recuerdo de los descendientes de inmigrantes que, siempre, en algún rincón de su diario vivir, resguardan el deseo de conocer la tierra en la que nacieron sus padres, aún a sabiendas de que esos contornos y lugares ya no existen de la manera en que les fueran narrados y, aún así, mantienen lazos culturales e interculturales de la Francia, y, aun sin conocerla, la extrañan.
Eric Díazserrano.
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Sobrerrieles
Hola Hannia
Fue en abril del dos mil tres, cuando leí en el sitio de Lectorías los primeros documentos que te sirvieron de base para escribir tu libro Sobrerrieles. Me llamó la atención que, entre tu gran aventura se vislumbrara su nacimiento ya añejo, pues para la fecha de su publicación, el conglomerado social a quien iba dirigida la lectura vivía en un país nuevo, que traería pronto los nuevos ferrocarriles.
Recordé entonces que habían pasado veinte años desde aquella vez en que, juntos, presentamos en el teatro un homenaje al inolvidable compositor Héctor Zúñiga Rovira donde, entre canciones y coreografías, destacaba su canción “Canto a la línea”; toda una remembranza de aquel pasado de gloria, cuando los costarricenses se sentían orgullosos de sus rieles en el “canal seco” pues aquella línea férrea interoceánica iba desde el Puerto Limón en el Caribe al Puerto de Puntarenas en el Pacifico.
Aquellas coreografías visualizaban en la danza la letra de la canción, desde los pasajeros, cuando “se aglomeran en la ventanilla comprando el tiquete” hasta “allá en Orotina” donde las “chicas a montones adornan la calle viendo la partida” y así seguía “la línea cantando su vida” con las vendedoras que ofrecían comida, mamones, marañones, chances y lotería.
Mucho me agradó formar parte en el proceso de tu libro, principalmente porque afincas tu escenario en la construcción del ferrocarril al Pacifico en novela histórica; relatas la vida del Ingeniero Joseph Hoffmann Palms, tu bisabuelo, inmigrante alemán, quien llego a Costa Rica hacia el ao 1894, para trabajar en la construcción del Ferrocarril, a la vez que presentas a tu abuelo, el famoso fondista del Club Sport La Libertad y a tu papa con su fabrica de transformadores; todos en la senda que trazo la vida de Doña María Venegas. Sobrerrieles conlleva el aporte laboral y simbólico que trajeron los inmigrantes al país, en el ejemplo especifico de la línea férrea. Vemos que muchos inmigrantes, procedentes de casi todas las nacionalidades, se casaron con costarricenses con lo que floreció el nacimiento de gran cantidad de familias que hicieron y hacen su aporte al desenvolvimiento de la nacionalidad costarricense.
Sobrerrieles nació nutrido en la tradición oral y así dices: “ De las voces de mis padres y de mis abuelos escuche las historias. Me hablaron de lo que apenas recordaban, basándose también en las viejas historias que escucharon de sus padres y de sus tíos. Ellos, sus abuelos, fueron los inmigrantes. Un día salieron de su tierra, para no regresar”. De esta frontera mesoamericana, se cuenta, que los negros inmigrantes que trabajaron en la construcción de la vía férrea a Limón, soñaron con volver a Jamaica (los chumecos, llamados así por su pronunciación de Jamaica "chamaica" ) caso que no ocurrió, como tampoco sucedió con los italianos y los chinos cuyos hijos nacieron, crecieron y, andando el tiempo enraizaron familias, entremezclaron sus vidas en esta tierra de blancos, negros, amarillos y cobrizos en otra dimensión, en aquel otro país… ese otro país que existió en aquellos tiempos cuando corrían los primeros ferrocarriles en Costa Rica.
Saludo cordial. Eric Díazserrano.
PS:
"La vida de los pueblos e individuos está hecha de recuerdos. Se atesoran porque son el testimonio de lo que fueron, lo que pueden dejarse de aquello que tuvieron... las mejores y más queridas vivencias de los años de infancia y también los recuerdos que no me pertenecen, que le he robado al tiempo, para reconstruir con ellos esta historia: la de nuestras raíces. Aquellos que forjaron las personas que hoy somos".
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