Bajo el lema "De la patria por nuestra voluntad" la ciudad más antigua del país constituye uno de los hechos sobresalientes de la nación. Tras el grito de anexión de Cupertino Briceño en 1824 el Partido de Nicoya se unió al país recién independiente. Vale recordar que la vía acuática del Golfo de Nicoya y el Río Tempisque o Zapandí fue via de tránsito de varios pueblos indígenas desde tiempos milenarios antes de la llegada de Cristóbal Colón. La Península de Nicoya fue la frontera sur de la civilización Anahuac (Cem Anahuac), por lo que la República de Costa Rica es la frontera sur de mesoamérica y, colindante con el Golfo de Nicoya, la frontera norte andina, tanto en lo social como en lo geológico.
El nombre de la Ciudad Nicoya y la península del mismo nombre parece provenir de la dualidad del apelativo del Cacique Nicoa y Necoclau, (ambos términos nahuas). Este último puede devenir en "península" pues, "necoc" significa "a ambos lados" y "lau" es "mar" por lo que, el nombre de Cacique o jefe indígena del poblado recibiera el nombre del lugar por una desinencia que alterara la raíz Neco.
Nombres de ciudades de Guanacaste
En forma similar la Ciudad Bagaces proviene de la voz indígena bagatsi que se refiere a la población, cacicazgo y nombre del cacique que vivía en este lugar al momento de la llegada de los españoles. Así también Avancari, nombre del cacique indígena que habitaba el lugar en donde hoy se asienta la Ciudad Abangares.
La Ciudad Tilarán toma su nombre de la voz nahua "tilawa" que puede traducirse como muchas aguas, mucha lluvia, o "muchas lluvias y aguas". En Tilarán llueve casi todo el año, razón que impulsó la construcción de la Represa de Arenal.
La Ciudad Cañas nos recuerda la abundancia de "cañasbravas" usadas en la construcción de casas de adobes o bahareque. Hojancha deriva de un arbusto de hoja ancha ya casi extinguido.
Nandayure, cuenta una leyenda que era la hija del cacique del lugar y Nandayo, cerro puntiagudo en lengua nahua, parece referirse al Cerro Azul de Nandayure.
Personas mayores de 80 años entrevistadas en 1979 para el programa de televisión "Costa Rica es así", producido y dirigido por Eric Díazserrano, difundido entre los años 1977/81, en los Canales 7, 6 y4 VHF, dijeron recordar a un colono de apellido Mejía quien puso una cruz de madera para señalar el paso hacia Nicaragua en el lugar donde hoy se asienta la Ciudad La Cruz.
Siete Cueros cambió su nombre por Filadelfia, el Palenque Diriá por Ciudad de Santa Cruz ante la visita del obispo Agustín Morel de Santa Cruz y, la Ciudad Liberia era llamada Guanacaste, hoy Capital de la Provincia de Guanacaste, al ser liberada el poblado en la gesta heroica del año 1856 con la expulsión de los llamados Filibusteros. El Nombre Guanacaste proviene de la voz Quauhnacaztlan; de donde Quauh es árbol, nacaz es oreja y tlan es lugar; sea lugar de árbol oreja pues, este árbol tiene frutos que semejan orejas humanas.
¿ Upe, hay alguien ahí ?
En el Capítulo
Maes, del libro Tipilambi de Eric Díazserrano leemos:
Scámpolo estuvo también en el seno de unas familias "rancias" que bailaban reviviscencias de sus abuelos y zapateaban en cadencia su baile El Zapateado, o imitaban a los deudos que, habiendo descubierto una botija o tesoro de algún pariente, bailaban en ceremonial, para que el espíritu del avaro no les llegara a perturbar.
Scámpolo se divertía mucho bailando y tal fue su entusiasmo, que logró introducirse en algunos bailes populares que le recordaron tiempos de escuela primaria, como aquel al que llamaban El Torito; baile de postín a partir de un son suelto, en que la fémina torea a su chavalo, atrayéndole con miradas furtivas, para azareharlo en público.
En estas clases sociales también se introdujo el
Punto de Leandro Cabalceta, el que después llamaron
Punto Guanacasteco, por ser el baile de moda y el que más les identificaba. Aún más que el baile de El Pavo, que se decía de quien, no teniendo pareja para bailar, tomaba una escoba o una silla y bailaba con ella. Cuando los marimberos detenían la música, cada quien debía cambiar su pareja y, al continuar la música, reír de quien no teniendo pareja, debía bailar con la escoba o silla.
Escucha
Scámpolo -intervino
Millennia- es la tierra de
Quauh Nacaz Tlan, tierra del árbol oreja, por la semejanza de la semilla del árbol Guanacate, con una oreja humana. En otro vaivén del idioma se habló del Arbol del Cuanacaztle y con el correr del tiempo se acuñó la voz Guanacaste.
Imágenes sobre imágenes le mostraron entonces los lazos de tiempos idos, de cofradías y fe religiosa y mística para descubrir la procedencia del "upe", término específicamente utilizado por algunos costarricenses cuando llaman a la puerta de una casa.
Scámpolo participó entonces con un grupo de indígenas que iban llamando a la puerta de las casas pidiendo: "una limosnita para la Cofradía de nuestra Señorita la Virgen de Guadalupe". Y recorriendo los años observó hacerse viejos a los indios que junto con nuevos y jóvenes cófrades, bastaba decir "Guadalupe" para que los donantes aportaran, y así, al cabo de un tiempo, lograr los mismos resultados con sólo decir ""upe", al ser conocida la visita semanal.
Las mestizas nicoyanas que llegaron al Valle Central de Costa Rica como trabajadoras domésticas "contagiaron su upe" a los interioranos amalgamando una anexión en el habla y costumbres, haciéndolo como suyo, propio. Por el
camino carretero, con carretas -llenas de gente- que desfilaban al paso lento del tiro de los bueyes. Cada boyero con su lámpara, y todos caminando, contando cuentos y anécdotas.
Como mencionamos antes, Quauhnacaztlan, nombre nahua de Guanacaste, deriba de la unión de tres vocablos nahuas: quauh, árbol; nacaz,oreja; tlan, lugar. Esto puede verse facilmente en el libro de tributos del Imperio Azteca, conocido como Códice Mendocino, en donde se observa el Jeroglífico Quauhnacaztlan con una oreja humana estilizada dentro del tronco de un árbol. Obviamente se refiere al "lugar del arbol oreja". Recordemos nuevamente que el árbol de Guanacaste tiene un fruto como en forma de vaina que semeja una oreja humana.
Los pueblos que se anexaron a Costa Rica el 25 de julio de l823 fueron el Partido de Nicoya, el Palenque Diriá que ya para ese entonces se denominaba Santa Cruz, Siete Cueros donde hoy se asienta Filadelfia en el Cantón de Carrillo y finalmente, el poblado de Guanacaste que a raíz de los sucesos bélicos de 1856 los pobladores consideraron que habían sido liberados y optaron por el nombre de Liberia. Así, el nombre de Guanacaste pasó a identificar a toda la provincia y, vale destacar, que los pueblos anexados se sitúan al oeste del Río Tempizque por lo que, las poblaciones de Bagaces, Cañas, Las Juntas Abangares y Tilarán ya formaban parte de la República.
En este capítulo del libro
Tipilambi, Maes leemos:
Imagínate entonces, Scámpolo,
cuánta cantidad de vivencias
a lo largo del tiempo, se sumaron
para reflejarnos hombres aislados,
pero unidos a través de generaciones,
con sus costumbres que a su vez
reflejan universos de pueblos idos,
un universo, su universo,
el de su pueblo y estirpe,
dejándonos esa enseñanza
como muestra de su desenvolvimiento
intelectual y fraternal.
Ahora ven, pasémonos
al otro océano, vámonos una centuria atrás,
metámonos en la comandancia
de Liberia, allá en Guanacaste (Costa Rica).
Scámpolo se vio ahora en presencia
de unos aldeanos, justo en una cárcel.
- Mirá voj esta tonadilla
-dijo Leandro Cabalceta a Jácamo Jirón
y a los guapes los mellizos Ortega-
Eran los músicos de la banda,
arrestados por embriagarse la nohe anterior,
presos con todo y sus instrumentos musicales.
-Y mirá q'ejta ta güena. (Y mirá que esta está buena)
-Agregále este silbidillo.
-Puej, me parece que suena mejor
si arreglo el silbidillo como así;
oyítelo en la tuba voj.
Scámpolo les observó
que durante esa mañana
trabajaron sobre la tonada,
al mediodía la silbaban
algunos soldados;
y conforme fue transcurriendo el día
la algarabía era tal, que el General Estrada
se presentó ante ellos y les dijo:
toquen esa cosa pa'oírla;
y habiéndola oído preguntó:
-¿ Y cómo se llama ?
-Ej un Punto -dijo Leandro-
-Bien, dijo Estrada, el domingo nos visita
el Presidente, el General Guardia,
y quiero que toquen eso en las
festividades que habrá en su honor.
Ah y, Leandro...
- Si mi General
- Si te tomás un trago antes
de esa fecha te fusilo.
Cuando se estrenó el Punto de Leandro
la gente lo bailó alrededor del parque
pidiendo que se repitiera una y otra vez,
así era de contagioso. Un son suelto
en que ella gira y avanza él, le sigue
y corteja, y ambos en rotación-traslación,
como luna y tierra, enamorados
al punto acoplan;
y lanzan coplas que al punto dicen:
es folk (pueblo) el que baila y habla.
De regreso a sus casas -continuó Millennia-
la gente se fue silbándolo
y en los días siguientes,
las muchachas en el oficio,
los hombres al trote y galope,
los muchachos y los viejos
con los marimberos
afirmaron su ritmo.
Es decir, fue la pieza musical del momento.
El "hit" de moda y, como no habían
emisoras de radio con música nueva pues...
El Punto Guanacasteco se posicionó
de un tiempo, de un espacio, de un pueblo.
Scámpolo estuvo también en el seno
de unas familias "rancias"
que bailaban reviviscencias
de sus abuelos y zapateaban
en cadencia su baile El Zapateado,
o imitaban a los deudos que,
habiendo descubierto una botija
o tesoro de algún pariente,
bailaban en ceremonial, para que
el espíritu del avaro no les llegara
a perturbar. Scámpolo se divertía mucho
bailando y tal fue su entusiasmo,
que logró introducirse en algunos
bailes populares que le recordaron
tiempos de escuela primaria,
como aquel al que llamaban El Torito;
baile de postín a partir de un son suelto,
en que la fémina torea a su chavalo,
atrayéndole con miradas furtivas,
para azareharlo en público.
En estas clases sociales también
se introdujo el Punto de Leandro,
por ser el baile de moda y el que más
les identificaba. Aún más que El Pavo,
que se decía de quien, no teniendo
pareja para bailar, tomaba una escoba
o una silla y bailaba con ella. Cuando
los marimberos detenían la música,
cada quien debía cambiar su pareja y,
al continuar la música, reír de quien
no teniendo pareja, debía bailar
con la escoba o silla.
Escucha Scámpolo -intervino Millennia-
esta es la tierra de la indiada Nahua
que vino del Norte.
Es la tierra de Quauh Nacaz Tlan,
tierra o lugar junto a los árboles oreja
,
por la semejanza de la semilla
de un árbol con una oreja humana.
En otro vaivén del idioma se habló
del Arbol del Cuanacaztle y con el correr
del tiempo acuñó Guanacaste (Costa Rica).
-Mira Scámpolo, ya casi está por caer
la última noche en la Feria de Tipilambi.
Luego de observar valores y costumbres
heredadas, navidades llenas de suspiros,
aculturaciones y planos irreales
a tus necesecidades, las de tu gente,
de tu pueblo; y que políticos y medios
de comunicación hacen creer veraces,
porque los unos son el circo electrónico,
y no pueden ser de otra forma
sino realidad maquillada, propia de
un celuloide masturbante, mientras que
los otros son un mal necesario.
Debes darte cuenta de que siempre
todo fue así, y salvo caso de fuerza mayor,
lo seguirá siendo. Entonces, escucha:
Son pocos los minutos que te quedan ya.
Diviértete, disfruta los muchos puntos de vista,
porque en cuanto cumplas tu mayoría de edad,
al filo de esta media noche,
que está por concluir,
todo cuanto fue no existirá más, excepto
la reducción del pasado
inmerso en la realidad de tu presente,
como fuente de lecciones, nada más.
Entonces, de repente, sin decir "agua va"
el multimedia se transformó
en escenografías de celuloides masturbantes
mezclado con dosis de realidad
de males necesarios. Scámpolo fue a dar
con su humanidad sigsagueante
en mente sobria al punto, en donde
lo ignoto y lo desconocido
impuso respeto y ... Silencio.
Silencio que fue roto por una
gritería en un ambiente
de principios de Siglo Veinte.
Cuando se estrenó el Punto de Leandro la gente lo bailó alrededor del parque pidiendo que se repitiera una y otra vez, así era de contagioso. Un son suelto en que ella gira y avanza él, le sigue y corteja, y ambos en rotación-traslación, como luna y tierra, enamorados al punto acoplan; y lanzan coplas que al punto dicen: es el pueblo que baila y habla.
De regreso a sus casas, dijo
Millennia, la gente se fue silbándolo y en los días siguientes, las muchachas en el oficio, los hombres al trote y galope,
los muchachos y los viejos con los marimberos afirmaron su ritmo. El Punto Guanacasteco se posicionó en el tiempo, en el espacio de un pueblo.
Aquí el libro
Tipilambi de Eric Díazserrano