Recuerdo que en el año 1991 yo trabajaba con una empresa llamada Incolmotos Yamaha de Colombia que era la industria colombiana que vendía motocicletas, nos cuenta Juan Guillermo Ramírez Yepes, y esta empresa abrió colateralmente una venta de instrumentos musicales.
Para el año 1992 la empresa ya tenía la idea de armar una escuela de música. Por aquellos años yo era un chiquillo, estaba en mis veintes y fue por ese tiempo cuando, realmente, nació mi vinculación con Bansbach. Esto sucedió porque los japoneses de la firma Yamaha solicitaron al distribuidor de Yamaha en Colombia, que se observara y se analizara la posibilidad de abrir una escuela musical en Colombia. Aunque ya existía una escuela musical, era una empresa que no tenía ningún tipo de estructura de Yamaha.
Entonces en ese momento el presidente de Yamaha en Colombia me dijo:
- Mire, los japoneses me están solicitando que el Director de la Escuela de Yamaha en Colombia visite, en Costa Rica, una escuela de música que es, verdaderamente, algo así como una tacita de oro. Es en la Escuela de Música Bansbach en Costa Rica en donde todo está funcionando perfectamente con todo el sistema de educación musical de Yamaha, que aúna también la propia experiencia que en ese país alcanza niveles óptimos. De ellos podemos aprender mucho por lo que le recomiendo que haga una visita a Costa Rica para que asista a un seminario que se va a llevar a cabo próximamente.
Me puse muy feliz
Bueno yo, nos continua diciendo Juan Guillermo Ramírez Yepes, me puse muy feliz… porque además, no solamente fue para mí iniciar el contacto formal con
Yamaha, sino que también iba a ser la primera vez que me montaría en un avión.
Recuerdo que esa primera vez fui a ese seminario que, a su vez, era una reunión con personeros latinoamericanos.
Entonces, lo que me sucedió en ese viaje a Costa Rica fue trascendental para mi persona pues, verdaderamente mi vida dió un giro satisfactorio que aún hoy está conmigo y vivo feliz por lo que hago, por lo que estoy haciendo, vivir la música en todo su esplendor.
El vuelo sufrió un retraso
Al principio fue un tanto extraño para mí llegar a una reunión latinoamericana mediando que, la línea aérea, tuvo ese día que enfrentar varios problemas; y el vuelo sufrió un retraso tal, que llegué a Costa Rica un día después. Aún más, luego de mi llegada a ese bello país y alojarme en el hotel donde se imapartía el seminario, llegué cuando las actividades que se estaban haciendo para los profesores de música estaban casi finalizando.
Fue entonces cuando conocí a un señor llamado Hans, que le decían Juan. Y yo no entendía si era Juan, Juans o Hans; era un costarricense que a su vez era de nacionalidad alemana y me pareció sumamente interesante que costarricenses y alemanes estaban junto con unos japoneses, armando una escuela en Costa Rica. Aún más, la escuela ya funcionaba en Costa Rica desde hacía varios años atrás. Para mi modo de ver en aquellos momentos me resultaba difícil entender a primera vista las situaciones que veía y, sí, lo llegué a comprender luego de algunos años de compartir vivencias con don Hanes Bansbach en Costa Rica.
Voz de Juan Guillermo Ramírez Yepes
¡ Serendipia !
Como tuve la fortuna –grandísima- de llegar tarde al seminario y no por motivos personales sino por problemas propios de la aerolínea, los organizadores del seminario hablaron con don Hans para que me ayudara y me orientara en esos temas relacionados con el sistema de educación musical Yamaha. Ahí es donde nació realmente la vinculación; no estaba en el papel, tampoco en los atestados, pero como perdí un día, don Hans me dijo:
- Venga y yo le explico cómo funciona esto.
Y tuve la fortuna de tener a don Hannes conmigo, dos días enteros, explicándome sobre el tema de las escuelas y todo lo relacionado con Yamaha. Entonces, empecé a entender que la cosa no era solamente un asunto de escuelas.
Conversando con don Hans me doy cuenta que este señor tenía una visión mucho más grande de tener una escuela. Fue así cuando empecé a conocer sobre su escuela, sobre su empresa, y entonces me doy cuenta que su empresa no es solamente una escuela; su empresa era toda una realización grandísima de índole docente y comercial.
Enamorado de esta actividad musical empresarial
Y recuerdo bien, continúa diciéndonos Juan Guillermo, fue algo que me impactó y que me enamoró, desde el principio de todo este proyecto, es que pude entender que, si bien era una escuela, también había un negocio de manera colateral. Además porque también entendí, rápidamente, que no es factible que alguien
ponga una empresa para perder dinero y aún más, profundicé y entendí también muy rápidamente, que es posible ganar dinero de muchas formas; y aunque unas pueden ser muy nítidas, otras pueden ser un tanto agresivas y otras muy comunitarias y cotidianas.
Fue toda esta experiencia vivida en un lapso de tiempo verdaderamente corto, muy corto, lo que me fue enamorando de esta actividad musical empresarial. Tomemos en cuenta que yo en ese momento, básicamente era un músico, una persona formada como músico por lo que a mí, pues, el tema financiero y la música como que no calaba en mi entendimiento.
Recordemos que yo iba con una función muy clara: aprender cómo implementar una escuela en Colombia. Llevarme los conocimientos técnicos y administrativos imprescindibles para llevar a cabo un proceso comercial, lo que llaman el "Know How" de la tropicalización del conocimiento japonés de Costa Rica. Así fue que empezó todo el asunto: mi nueva etapa en mi vida, que aún disfruto hoy, de manera profesional aquí en la República de Panamá.
Capacitación intensiva de don Hans
Cuenta Juan Guillermo que asistió a esa capacitación intensiva por parte de don Hans y luego regresó a Colombia a montar una escuela gracias a un descubrimiento que años más tarde pude llegar a entender porque, en verdad, como lo dije antes, no entendí a cabalidad en aquel momento.
Cuando don Hans me hablaba con tanta propiedad llegué a asimilar, digamos, más o menos la mitad de las cosas, básicamente porque yo no tenía ese punto de vista, ese enfoque que don Hans me transmitía, no obstante su actitud motivante con la que me enseñó cosas muy interesantes; como por ejemplo, me enseñó cómo era t trabajar con músicos, cómo trabajar con artistas, así como cómo ser empresario y cómo trabajar con vendedores y cómo mimetizarse con todo este engranaje. Y me enseñó también cómo poder elaborar diferentes discursos para diferentes personas o situaciones, pero sin perder el punto claro, concreto, de su visión comercial, empresarial, siempre solidaria, comunitaria y social.
Considero, desde diferentes puntos de vista que, de alguna u otra forma, todo lo sucedido era totalmente nuevo para mí; incluso la capacitación por parte de don Hans fue tomar café y conversar, porque no había nada preparado específicamente para mí. Pero don Hans poseía la preparación requerida y, en su forma de conversar bastante amena, fue donde realmente pude entender muy claramente cuál era la función que teníamos que hacer nosotros en Colombia.
Sé que vas a hacer muy bien tu escuela
Recuerdo que don Hans me obsequió un libro de Yamaha titulado “Los niños son los mejores maestros” y me dijo: "para que hagas bien tu escuela, porque sé que vas a hacer muy bien tu escuela y vas a hacer cosas muy grandes en tu país".
Don Hans fue mi mentor y dos décadas después, acota Juan Guillermo Ramírez Yepes, volví a Costa Rica como Director de las Academias Musicales de Colombia. Para ese momento, ya don Hans se estaba retirando del negocio y ya sus hijos Werner y Stephan empezaban en los ajetreos propios del manejo de la empresa. En razón de esto, don Hans convino con don Juan Guillermo para que brindara apoyo a sus dos hijos, transmitiendo el conocimiento y experiencia sobre el manejo del negocio.
Nos dice Juan Guillermo que la base de su conocimiento en gran medida, le fue transmitida por don Hans; y que puso en la práctica adquirida por los años de experiencia en el trabajo, al punto que se convirtió en el Gerente de Mercadeo de Yamaha Latinoamérica. Junto con Werner y Stephan desarrollaron diversos proyectos piloto en Costa Rica que fueron llevados a otros países de América Latina; los mismos que dieron lugar a otros proyectos relacionados con la música.
Con la ayuda de Bansbach implementamos este mismo sistema que tenía Costa Rica y, más allá de eso, la visión a la empresa llamada Escuela de Música. Hemos llegado a conciliar lo comercial empresarial con el arte musical con responsabilidad social que, desde la época de don juan Bansbach, el fundador de Instrumentos Musicales Bansbach y de sus hijos Hans y Willmar, mantiene la misma visión transferida a sus hijos Werner y Stephan, nietos del fundador. Recuerdo que en aquellos tiempos de mi juventud veinteañera ellos eran unos muchachos.