Titlania en el inicio de una nueva vida
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Juancho Kárnico permanecía la mayor parte de su tiempo ligado a su escritorio. Aunque de mediana edad, era como si tuviera prematura vejez, parecía que nunca había sido joven. De boca carnuda y de frente calva era petulante al hablar con actitud lánguida, de cara pálida y fofa, parecía disfrutar de cierto abandono en su personalidad con mirada velada en sus ojos claros como obstinados y vacíos.
Juancho oyó la puerta que se abría y sin levantar la cabeza dijo irritado. -si tienes que decirme algo dilo pronto y no molestes eh En voz baja AsterLuxor se acercó al escritorio y le dijo: -Es importante, Juancho - Bueno, bueno. ¿Dime de qué se trata? AsterLuxor miró el mapa que colgaba de la pared con sus colores desteñidos tras el cristal. En verdad eran varios mapas pequeños que formaban lo que se podía ver como si fuera un solo mapa; y a AsterLuxor le parecían como inmóviles observadores de los muchos presidentes de Kárnico sentados, ahí mismo, durante muchos y muchos años mostrandos sus latifundios como terreno propio para la crianza de vacas de su denominado negocio de engorde. -Se trata de la Finca Guacimal le dijo AsterLuxor - ¿Y ahora qué? ¿Tendremos que cortar más bosque para meter más vacas porque la población crece y crece y necesita comer más carne? ¿O qué es lo que vienes a decirme? - Sabes a lo que me refiero, Juancho - ¿Tenías que molestarme por lo mismo de siempre? AsterLuxor le miró en silencio con su forma de mirar a la gente directamente a los ojos que obligaba al interlocutor a enfrentarse a su mirada en sus ojos verdes, grandes e inquisidores bajo su pelo rubio que caía hasta llegar a su melenuda cabellera sobre sus cejas y su rostro que emanaba esmerada atención con buen ánimo de franqueza. -¿Bueno dilo, qué pasa ahora? preguntó Kárnico bruscamente. - Que tenemos que cortar más árboles y eso significa buscar de antemano compradores de madera para financiar la corta y los precios que nos ofrecen los posibles compradores están muy bajos como consecuencia de sembradíos de árboles nuevos y no propiamente de los árboles de bosque primario y secundario como los de la Finca Guacimal. Con expresión cautelosa, Kárnico preguntó pausadamente: -¿Qué se sabe del accidente aéreo? - Se sabe que su herencia está en posesión de su hija y aún no sabemos si aportará algún capital para ayudar con este problema que tenemos. -Bien, ¿qué quieres que haga? -Eso lo tienes que decidir tú Juancho; si iniciamos la corta sin esperar compradores aportando tú el dinero para reembolsar después cuando encontremos compradores; pero es necesario más terreno para engorde de más vacas que es nuestro comercio y que tiene venta asegurada, porque cada vez hay más clientes potenciales y asíduos que requieren los productos de Kárnico. - ¿Sabes quién es la nueva heredera? - sólo sé que se hace llamar Eme Jota y debe estar, suponemos, pendiente de la venta de sus muchos terrenos que estaban vacíos pero que ahora tienen gran futuro económico. Porque surgieron en ellos nuevas ciudadelas que ahora se estan convirtiendo en ciudades, con nuevas centrales eléctricas, donde se están afincando fábricas y edificios de vivienda en regiones en las que, anteriormente, no prestaban atención. Ahora es un verdadero nuevo estado industrial donde el dinero corre como agua de manantial. Le recuerdo que toda la Finca Guacimal pertenece ahora a Eme Jota y que ese no es su verdadero nombre. Me parece, dijo Juancho, que hemos de pensar un poco al respecto. -Entonces, ¿no vas a hacer nada para modificar la Finca Guacimal? - ¡No he dicho eso! ¡Claro que no he dicho eso para nada! Kárnico se sorprendió por la expresión de AsterLuxor. -Lo sabes muy bien, no sabemos quién es ni qué va a hacer Eme Jota. -¡A la mierda con Eme Jota! -exclamó Juancho Kárnico. AsterLuxor no se movió ni contestó, permaneciendo con la vista hacia el mapa y sin mirar a Juancho. Transcurrido un momento, saludó con una inclinación y abandonó la oficina. Sin ser notados en aboluto, Sol Titlania y su grupo de colaboradores estuvieron presentes en toda la conversación entre Juancho Kárnico y AsterLuxor. De inmediato, en sólo nueve nanosegundos volvieron a la noria desde donde jubilosos empezaron a escribir los primeros mensajes desde su presente inmediato que, a su vez, era el presente inmediato para la empresa de Kárnico sin inmiscuirse aún en la empresa de veganos ni en el movimiento de vegetarianos. Ya toda la herencia económica y terrenal estaba a nombre de Sol Titlania y sus colaboradores que, sin prisa, irían cediendo a nuevos propietarios. El sesenta y seis por ciento de la Finca Guacimal sería cedida al Parque Nacional con el que colindaba y el engorde y sacrificio de vacas pasaría a ser una industria que denominaron lechera-casera mientras, posteriormente, invertirían en cultivos que a la postre daría como resultado la gran chocowana, producto que cambió el rumbo del mundo. Lo importante, de momento, era detener el sacrificio vacuno. Sol Titlania se sentó en el enorme sillón frente al escritorio de Juancho Kárnico acompañada de Histrias, Histry, Elasy y Coney en sillas cómodas que AsterLuxor había llevado tal como se lo había solicitado Sol Titlania por escrito quien ahora era su ayudante especial. Ya estaba muy al final de la tarde y las luces de la ciudad se veían por los ventanales de la oficina de Juancho Kárnico quien, sentado en su escritorio tenía claramente visible su cabeza hundida entre sus hombros. Luego hablaremos de mis muchas inversiones en Kárnico -empezó diciendo Sol Titlania- que ya están a cargo de quienes me acompañan; lo dijo sin presentárselos a Juancho Kárnico y continuó diciendo, como ya se los he presentado AsterLuxor quien también nos ha ayudado a comprar, al doble de su valor, todas las acciones que estaban en propiedad de los inversionistas de Kárnico, excepto su participación, Juancho Kárnico, que corresponde a un diez por ciento del valor de esta empresa que lleva su nombre, que publicitariamente es de su propiedad y sus familiares que constan en papeles legales, y que respetamos, pero que en verdad no existen esas personas físicas. Entiendo que van a invertir en la Finca Guacimal, se atrevió a decir Juancho Kárnico, y me complace porque es urgente la deforestación para continuar con expansión de ganado de engorde. El sesenta y seis por ciento de la Finca Guacimal ya fue cedida al Parque Nacional con el que colinda y el engorde y sacrificio de vacas ha pasado a ser una industria que hemos denominado lechera-casera mientras encontramos un sustituto comercial para ocupar esas tierras como sembradío de un producto superior en contenido económico y menor en mantenimiento con la ventaja de que goza de amplísimo sector del público dijo Histrias. AsterLuxor hizo un leve gesto absteniéndose de festejar pero sí fue obvia su voz atragantada. Juancho Kárnico un poco turbado por la actitud de AsterLuxor preguntó: - ¿Y de que trata ese nuevo producto? Elasy intervino: por ahora es secreto empresarial porque Finca Guacimal ya no pertenece a Kárnico y de momento lo que más nos interesa es que ninguna res sea sacrificada; las vacas han sabido siempre que van a ser comida en hartaderos de carne; no son tontas como crees, "las vacas son vegetarianas, no comen carne humana" Juancho Kárnico sintió un ligero temblor en todo su cuerpo al darse cuenta que el slogan del edificio de enfrente, del que tanto se burlaba constantemente, estaba siendo dicho en su propia oficina y, pensándolo mejor se preguntó a sí mismo: "¿en mi propia oficina? o ¿el en el diez por ciento de lo que hasta ahora ha sido mi propia oficina?". Juancho Kárnico se echó hacia atrás en su sillón. Histry, con una voz de mando que nunca se había escuchado en aquella oficina acentuó: AsterLuxor, ordena que sea publicado un anuncio que requiera trabajadores esperimentados en la industria lechera pagando el doble por servicios profesionales y sacó de su bolsillo un papel y se la alcanzó a AsterLuxor diciéndole: Aquí están los números y las condiciones necesarias para contratar personas. Lo haremos desde la firma Kárnico para que todas las empresas se enteren de nuestras nuevas inversiones y subiremos el precio de nuestras acciones al punto de que ninguna persona o empresa desee comprarlas, son nuestras, sólo nuestras y de nadie más; no están ni estarán nunca en venta. Dinero tenemos suficiente y no necesitamos más. Luego haremos una transacción para que las empresas pasen a ser propiedad de una sociedad de responsabilidad limitada Kárnico quedó con la mirada clavada en su escritorio. Pensó que, desde que se engordaron y mataron a las primeras reses en los tiempos en que su padre era el mayor accionista y presidente de la empresa, quien realizaba su tarea con superlativa eficacia, no se había percatado que la situación que estaba viviendo era causa de su inoperancia y mal manejo de su empresa que, finalmente, ahora estaba en manos de otras personas que ni conocía ni había oído hablar, ni antes ni nunca; de la actualidad que le envolvía sin tener idea de donde podría estar su futuro, si es que, de casualidad pudiera llegar a tenerlo. Pero no quiso seguir pensando así, porque a su modo de ver ese sentimiento no estaba dentro de los límites de su humananidad posible. -No es justo -sentenció Juancho Kárnico. ¿Qué cosa? - preguntó AsterLuxo - Yo, Juancho Kárnico siempre he pensado que tenemos que ayudar a las pequeñas empresas para que se desarrollen distribuyendo nuestros productos que alimentan a nuestros ciudadanos - Y que te ha hecho millonario a ti y a tu familia sin pensar en ayudarles tal como lo haz dicho, le respondió AsterLuxor; no es cierta esa nobleza que ahora esgrimes para decirte a tí mismo que eres una buena persona pero todos los que estamos aquí presentes sabemos que no es así. Pero eso puede cambiar -intervino Coney. - Sí puedes a futuro inmediato ayudar a las pequeñas empresas para que se desarrollen distribuyendo nuestros productos. Al consumirlos puedes parecerte más joven y disfrutar la vida como nunca antes lo has hecho, es cuestión de perspectiva, de un nuevo punto de vista; de una nueva forma de ganar tu dinero pero no más del que necesitas para asegurar tu subsistencia. Juancho Kárnico sintió temor por la forma en que los ojos de todos los presentes le miraban y permaneció un momento inmóvil. - No veo ninguna necesidad para todas estas acciones que han sido tomadas de manera inmediata -expresó por fin, con aire turbado. - Todavía no me dicen en que consiste el nuevo producto e, incluso, ya no es una empresa de mi compañía; por lo tanto ya no estoy interesado en ayudar a nadie. Solo quiero ganar dinero. -Esa es una actitud muy poco práctica, se aventuró a decir AsterLuxor, si recuerdas lo que acabas de decir anteriormente y renuncias a la ambición egoísta de ganancias, como lo hemos hecho en el pasado matando vacas, y recordando también lo que siempre has dicho, que ha sido aceptado como regla general de tu empresa, que en cualquier negocio que se emprenda, los intereses de la sociedad siempre deben ser antepuestos a los personales. Estamos en el inicio de una nueva vida -prosiguió- y ya no vamos a matar vacas, ya no volveremos a comérnoslas. Las vacas tienen derecho a vivir bién en entornos floridos y boscosos con mejores suelos, a ser felices sin sobrepoblación y, nosotros también.
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