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La asexualidad es la falta de atracción sexual con orientación duradera. Algunas personas asexuales se involucran en actividades sexuales, a pesar de carecer de una atracción o deseo sexual, debido diferentes razones; como el deseo de complacer a parejas románticas o simplemente por deseo de tener hijos.
Las personas asexuales, no obstante no sentir atracción sexual, sí poseen atracción romántica y suelen mantener relaciones románticas, incluso desde vínculos informales al matrimonio, ya sea con su género o géneros preferidos, con preferencia que sus relaciones no incluyan actividad sexual.
La asexualidad ha ganado visibilidad en los últimos años, desde el advenimiento de internet por el apoyo de las redes sociales, donde comunidades asexuales han tomado forma. Existen variaciones significativas en las personas que se identifican como asexuales; algunas se masturban de forma solitaria en desahogo mientras que otras no sienten la necesidad de hacerlo. No obstante, es conocido que algunas mujeres asexuales, cuando tienen relaciones sexuales de pareja, logran orgasmos acariciando su clítoris con la complacencia de su pareja. Cuando tienen la necesidad o el deseo de masturbarse a solas, lo intuyen como un instinto sexual y generalmente lo consideran un producto normal del cuerpo humano y no un signo de sexualidad latente.
Algunos hombres asexuales pueden o no tener una erección estable por lo que al intentar la penetración se las hace imposible, excepto cuando ha creado una conexión emocional lo suficientemente estable o profunda con su pareja.
Ser asexual no es ser célibe. En algunos casos, las personas asexuales que mantienen relaciones sexuales por complacencia hacia su pareja, gustan conversar después de haber hecho el sexo porque sienten agrado de estar desnudas, sudadas, risueñas, además, porque así se restablecen del cansancio.
En términos generales podemos decir que muchas personas asexuales son muy concientes de todo cuanto ocurre durante el acto sexual de pareja, incluye que durante la penetración, la sensación sea intensa al punto que no es posible hacer otra cosa, pero eso mismo les puede causar aburrimiento y desear la eyaculación, preferiblemente de ambos, para que el acto sexual acabe.
Si bien es cierto que en un principio, se torna inconcebible que hacer el sexo simplemente no es atractivo, cuando lo conversan de ese tema con otras personas se dan cuenta que su asexualidad no es motivo alguno de rechazo, incluso pueden decirles que la asexualidad es porque no han tenido buenas experiencias o que, simplemente, es algo pasajero.
Querer lo que no se tiene es algo muy humano y muchas de las personas asexuales quisieran tener, aunque fuera de vez en cuando, esas preferencias que disfrutan las personas pansexuales, pero luego de reflexionar, se dan cuenta que ese deseo no es algo importante para apartar su pensamiento de otros asuntos que, a su juicio, tienen mayor interés: sea, que el deseo sexual no está en el centro de su vida por lo que no deben preocuparse por no vivir ese algo, por no sentir ese algo.
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La pansexualidad es la atracción sexual, romántica o emocional hacia otras personas independientemente de su sexo o identidad de género, pero cada persona pansexual la define según su propia subjetividad.
Las conversaciones de las personas pansexuales semejan un canto para atraer, dar y brindar caricias en grupo o pareja; con comportamiento típico de cortejo que permiten a la vez de conocerse y aislarse simplemente por placer, como ejercicio práctico para mantener buena salud mediante sincronización, orientación y persuasión en comunicación con aislamiento privado, lo que modifica a corto o mediano plazo, el comportamiento de las personas de forma adaptativa y beneficiosa para ambos y cuando se trata de relaciones frecuentes entre mismas tres o cuatro personas a la vez.
La palabra pansexual se empezó a usar en los años 60 como orientación sexual, paralela con asexual, bisexual, polisexual y homosexual, de manera que la pansexualidad es posible en todas esas orientaciones, o en cada una por separado, a conveniencia de la propia subjetividad de cada quien.
A finales del siglo veinte el término alcanzó su difusión entre el público en general por las declaraciones de personajes famosos que se identificaron públicamente como pansexuales.
A diferencia de otras orientaciones sexuales en las que el género de las personas determina a quién se puede sentir atracción (como la homosexualidad, heterosexualidad o la bisexualidad), las personas pansexuales consideran que el concepto del género no es un elemento que entra en juego a la hora de sentir atracción, lo que hace a la persona ser independiente de una u otra orientación de género o de todas.
La forma de intimidad física pansexual puede ser con el propósito de la reproducción biológica, trascendencia espiritual que expresa afecto o por placer y entretenimiento que considera "gratificación" porque su deseo por el sexo y el coito es su mayor motivación para realizar en sus tiempos libres.
La persona pansexual tiene muy claro su derecho a la libertad de elección, sin interés alguno por ser recononocida por personas ajenas a la pansexualidad y sin más limitaciones que el respeto a la libertad ajena, facultad que se expande hasta utilizar el propio cuerpo a voluntad; seguir en cada momento una u otra tendencia sexual, hacer y aceptar las propuestas que se prefieran, así como rechazar, a veces haciendo caso omiso, las no deseadas.
Este fundamento lo respalda la Organización Mundial de la Salud en relación con la salud sexual, cuando asegura que es necesario un acercamiento positivo y respetuoso hacia la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de obtener placer y experiencias sexuales seguras, libres de coerción, discriminación y violencia. Limitada por la edad de consentimiento sexual, la violación de la libertad e indeminidad sexual de la persona es considerada un delito.
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