Rendezvous

Biblioteca

Memoria

Crónicas

Español / Francés / Inglés

Compartir




Cartas Literarias



















Integración de energías

La integración de las energías de una o varias personas refleja un efecto en el que actúan diferentes acciones y esfuerzos físicos y mentales para obtener, concertadamente, la suma de la mejor salud física y mental con multiplicación al infinito en cada momento que se vive. Veamos, no es fácil explicarlo pero sí es fácil entenderlo.

Todo cuanto pensamos y sentimos repercute en nuestra salud. Tómese en cuenta que, por ejemplo, cuando alguna persona se ve afectada por una gastritis, es porque tiene algún suceso o antecedente que ha repercutido en tal dolencia; de manera similar si en algún momento tiene un reflujo digestivo, no solamente es un reflujo de ácidos, sino también de lo que esa persona no ha digerido emocionalmente. La vida emocional en las personas incide en la vida física por lo que es menester poner atención a nuestra salud y bienestar, y eso en mucho depende de la calidad de nuestras relaciones y sentimientos afectivos, de lo que pensemos de nosotros mismos, así como de la calidad de nuestra alimentación, y eso incluye los tiempos para ingerir alimentos en armonía, paz y tranquilidad.





La medicina curativa se preocupa de eso, de curar el mal declarado como tal y, colateralmente, la medicina preventiva es para que las personas vivamos en prevención constante por el bien de nuestra salud física y mental sin lamentar dolencias enfermizas.

Si en nuestro mundo actual, los campos electromagnéticos, los algoritmos, las tablets, los móviles, las computadoras, al manejo de la tecnología de la información, las relaciones familiares, laborales, amistosas, amorosas entre pareja, la relación consigo mismo, y todo cuanto nos ocupa en la vida diaria de cada ser humano, incide en la salud física y mental. Importante entonces es ver y darse cuenta de cómo nos relacionamos con nuestros congéneres, asunto que involucra nuestra cultura e interculturas en el entendido de que, la salud es una responsabilidad de cada quien, de cada persona.

Afortunadamente, en la actualidad existe un conocimiento que comparten muchas personas en el mundo, orientada por médicos y profesionales de las más variadas especialidades y oficios, con amplios propósitos de servir, para ayudar a la gente en general, para tener una mejor calidad de salud e incluso, algunas de estas personas aportan ayuda combatiendo hambrunas y pobrezas que son el gran flagelo de personas adultas e infantiles en muchos lugares del planeta.

Una de las verdades que debemos asumir como absoluta es aquella que nos dice que somos creadores de nuestra buena salud y, que con nuestra buena salud, favorecemos a las demás personas. Tomar en cuenta que los humanos poseemos un campo de energía que hace posible que tengamos a nuestra mano la información, la que nos brinda formación, y nos recuerda diariamente que la vida de todos nosotros se realiza y se lleva a cabo mediante el patrón de la información que a cada quien recibe y abriga.





Como se nos hace obvio que se trata de un asunto de conciencia en que trabajamos científicamente, tanto en la medicina curativa como en la preventiva, la materia del cuerpo, las moléculas, la energía, la información y la conciencia misma que se nos manifiesta mediante alguna docencia, el aprendizaje en general, la diversión naturalista, sea, sin drogas, los campos magnéticos, colores, sonidos, laser, las relaciones terapéuticas sin olvidarnos de algo muy importante, y es que en casi todo intervienen las manos que se nos comportan como instrumentos preciosos en beneficio de nuestra salud, aunado al despertar del potencial interior que cada persona tiene para cuidar de su salud física y mental.

Es sabido que lo que cada persona cree de sí misma es cuanto ha terminado creándolo y, a su vez, va creando. Desde la infancia cada quien va creando su propio radio de acción valiéndose de los beneficios o dones que la naturaleza le otorgó y le otorga a medida que va viviendo, va siendo, va viviendo en esa vida que, además de sernos dada la tenemos que hacer diariamente, con visión lejana, al pie, al par y al detalle como nos refiere el Libro Evasiva Verdad.

Así entonces desde la infancia, el radio de acción inmerso en el propio punto de vida de cada persona se va ampliando; cuando va a la escuela, a la educación secundaria, universitaria, y así cada día, el radio de acción de cada quien y su punto de vida y puntos de vista se amplían, tanto, que ahora mismo estás aquí, con tu amplísimo punto de vista que has de seguir ampliando cada día más... leyendo, informándote; para convenir y luego aplicar.

Vemos entonces que el amor y la paz que se disfrutan en las buenas relaciones humanas tienen su entorno terapéutico. Recordemos que cuando un dolor aqueja también aqueja la vida misma al momento inoportuno que vive quien lo padece; durísima realidad que aparece en esos difíciles momentos de angustia y desazón como un grito frente a la vida cuando no podemos llorar de otra manera.





Gravitando sobre nuestra salud nos alejamos de toda agresividad; sí, verla en la distancia porque su existencia en el mundo es verdadera, pero eso no significa que no sea evadible. Salvo que físicamente nos sea difícil alejarnos de los entornos agresivos, lo que debemos siempre hacer es apartarnos de toda agresividad porque eso nos enferma y lo peor, la agresividad suele ser contagiosa al punto que muchas veces es difícil salir de entornos que nos son agrestes. Si no tenemos la posibilidad de salvaguardarnos es menester crear estrategias que nos alejen de esos entornos, simplemente para ser felices en nuestra propia atmósfera ambiental, creada por nosotros mismos para compartirla con quien nosotros verdaderamente queramos, desde luego que lo óptimo es compartirla con quienes nos aman y con esa persona que amamos.

Ampliar nuestro radio de acción aunando a simples esfuerzos físicos y mentales para obtener, concertadamente, la suma de la mejor salud física y mental con multiplicación al infinito en cada momento que se vive en nuestro propio lugar, en nuestro punto de vida.