Puntarenas, Ciudad Cabecera
de la Provincia Puntarenas

Detalles del pueblo y su historia:
Puntarenas es una lengua de arena que de adentra en el Golfo de Nicoya sobre la que se asienta la Ciudad del mismo nombre que es puerto de pescadores y del turismo nacional y extranjero.

La Ciudad Puntarenas con sus barrios Barranca, El Roble y Chacarita es la más poblada de la Provincia Puntarenas. El Distrito Caldera aloja el principal puerto comercial de Costa Rica en el Pacífico.

Al frente, en la Península de Nicoya, hay otro Puntarenas
de islas y playas como las de Paquera, Lepanto, Cóbano Y Montesuma
con parajes soleados y bellas aves; algunas de paso por el continente.

En Bahía Ballena, las playas de Tambor y Pochote con su mar en calma semeja, en noches de luna llena, mar de plata ondulante. En playa Órganos frente a las islas Tortugas de arenas blancas y parajes escondidos se divisa la entrada y salida de botes y barcos pesqueros con el encanto natural de esa coloración intensa que caracteriza a esta entrada de mar, que invita a vivir intensamente.

Sus pobladores le llaman La Península porque está situada precisamente en la Península de Nicoya. Esta es propiamente la frontera sur de Mesoamérica. Los habitantes indígenas del territorio del Golfo que hoy ocupa La Península de la Provincia de Puntarenas, sufrieron un gran impacto con la llegada de los ibéricos hispanos.

Primero le denominan como Golfo de San Lucar nombre de cultura cristiana occidental y, entre los años 1523-1527 dijeron podía ser un estrecho o paso entre la Mar del Sur (Pacífico) y la mar del Norte (Caribe) por lo que le denominaron Estrecho Dudoso. El cronista Gonzalo Fernandez de Oviedo escribe así: “...golpho de Sanct Lúcar, que otros llaman golpho de Nicaragua e otros le dicen golpho de Orotiña, e otros golpho de Guetares.

El lugar estaba habitado por indígenas denominados Chorotegas que durante cientos de años tuvieron una importante actividad económica con otros grupo aborígenes al otro lado del golfo. Los conquistadores se aprovecharon de estas rutas comerciales antiquísimas. El golfo es un mar navegable con excelentes recursos humanos y naturales fue explotado entonces y de esa manera se consolidaron en esta zona y muy rapidamente quebraron la estructura de la sociedad nativa.

En 1528, Juan de Castañeda del año 1528 dice haber apresado algunos habitantes del actual territorio del Cantón Península en calidad de "informantes pues las dichas lenguas habían sido mucha parte para que la tierra se descubriese...” La primera relación que las sociedades indígenas del golfo tuvieron con las empresas conquistadoras fue con la de Gil González Dávila, organizada en España con el auspicio la Corona de Isabel La Católica, en 1522, siendo entre sus objetivos la búsqueda del Estrecho Dudoso y someter a los indígenas al vasallaje español mediante su religión tomando como base el uso de este requerimiento como instrumento legitimador de la conquista.

"...que si no se sujetan al Rey español, certificaos con la ayuda de Dios, yo entrare poderosamente contra vosotros y vos haré la guerra por todas las partes y maneras que yo pudiere, y vos sujetare al yugo y obediencia de la Iglesia y de Sus Altezas, y tomaré vuestras personas y de nuestras mujeres e hijos y los haré esclavos, y como tales los venderé y dispondré dellas como Su Alteza mandare, y vos tomaré vuestros bienes, y vos hare todos los daños que pudiere...”

Esto justificó a que Gil González Dávila hiciera una "guerra justa en contra de los indios para que se sometieran pacificamente iniciando con los caciques y con los que topase para hazellos vasallos de vuestra magestad por toda manera de bien, y a los que no quisieran hazerselo hazer por fuerza, como lo hize”. (Fernández, 1976: 39). En Península, Gil González asegura haber bautizado –usando el Requerimiento- a un buen número de indios. Dice que todos ellos se tornaron “cristianos por su voluntad”. Por ejemplo, el Cacique de Nicoya le dió el equivalente en oro a 14.000 castellanos y, se convirtió con cerca de 6.000 de sus súbitos.
Los indios fueron obligados al bautismo para que el español considerara que había legitimado su conquista. Tras la usurpación del oro mediante el saqueo, los nativos perdieron además, perlas y objetos de valor por lo que, las formas de dominación sobre el indio se consolidaron explotando su mano de obra y sus recursos naturales existentes. Luego del saqueo a los piueblos indígenas circunvecinos, los españoles valoraron rápidamente la posición geográfica del “Estrecho Dudoso” o Golfo de Nicoya para iniciar el comercio con Panamá y Perú. Mientras el español valoró el intercambio de bienes en términos de ganancia, al obtener baratos y valiosos artículos para el mundo occidental, el indio daba sus preciados bienes practicando un principio de reciprocidad. En el plano religioso, se desconoce aún hoy cómo la aceptación formal de la religión católica repercutió en ese primer contacto.

Luego vino el periodo del repartimiento de los indígenas de Península en 1524, en las llamadas encomiendas esclavistas por Hernández de Córdoba. En 1528, cuando Pedrarias Dávila es nombrado gobernador de Nicaragua, toma a los indios de la Península de Nicoya y Chira bajo su posesión y, a su muerte en el año 1532 pasaron a manos de su viuda.

También forma parte de Puntarenas la encantadora y exótica Isla Del Coco, cercana al ecuador, y que remonta a mundos de piratas y tesoros con una exuberante y majestuosa fantasía. La embarcaciones procedentes de la Isla del Coco hacen su entrada por Península, pues la brújula del marinero, desde que sale de la isla, apunta siempre a Cabo Blanco, reserva natural que aloja desde aves silvestres hasta animales rastreros en un follaje tropical que cautiva tanto a los pobladores como a las personas visitantes.

La Isla del Coco vista personalmente por Eric Díazserrano.

Solitaria en el mar, la Isla del Coco
es la poseción de Costa Rica
más cercana al ecuador.
Las lluvias en esta región
ocultan la isla al punto
que la hacen "desaparecer".

Los pescadores saben que está ahí
pero no la pueden ver.
A medida que la lluvia amaina
se va levantando la bruma
y entonces salta a la vista,
verde... inmensamente fresca.
Tupida como selva, sin puerto
natural para desembarcar.

En el follaje se descubre
una caída de agua, y el río
desemboca cercano a una caverna
donde entra el mar con toda claridad
para salir a otra ensenada
con flora y fauna cautivas
en la inmensidad del mar.

La isla del tesoro, ya no tanto
por el legendario escondite
del pirata Sir Henry Morgan
sino por su posición el alta mar,
que hacen de esta extensión
de agua salada, una inmensa poseción
muy cercana al punto geotérmico
del planeta, en donde vive
en grandes cantidades el atún.

Los pescadores con sus bodegas
llenas de estos peces, ponen proa
hacia el puerto de Puntarenas,
su hogar. Duran uno, dos o tres
días sin ver tierra.

El timón fijo hacia el Cabo Blanco
en donde esperarán ver, luego
de muchas horas de mar abierto
el faro que guía y marca
el regreso a casa.

Días atrás, cuando salieron
de Puntarenas
enrumbaron hacia la Isla del Caño
para tomar el caño natural
que llega hasta la corriente
de Humbolt. Entonces encienden
sus máquinas para abandonar el caño
y así arribar a la Isla del Coco.

Diariamente la Península cuenta con dos servicios de ferry. Puntarenas/Paquera y Puntarenas/Lepanto vías de tránsito por el Golfo de Nicoya que para algunos lugareños, de manera coloquial, es Golfo de Puntarenas.
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Osa, Puerto Ciudad Cortés, Provincia Puntarenas
Detalle del pueblo y su historia:

Según descripciones del conquistador Gil González D'ávila, Osa es el nombre del cacique que habitaba esta región. Incluso se refiere también con este nombre al Golfo de Osa o Golfo D'Osa, conocido hoy como Golfo Dulce, lugar en donde se asienta Cortés, su principal población.
Su territorio se encuentra en el bosque tropican húmedo del Pacífico. En la ribera del Río Térraba viven aún grupos indígenas que conocen este río como Diquís y en la Población de Palmar Norte, ubicada en la margen derecha de este río, se asienta sobre un cementerio indígena que fuera conocido como el palmar de los indios.

Gigantescas moles de circunferencia casi perfecta aún permacenen en el lugar, no obstante algunas de ellas removidas en sitios de la Ciudad de San José, como las que se encuentran en las oficinas centrales de la Caja Costarricense de Seguro Social y en el Museo Nacional.

Los indios de este lugar trabajaron el oro por un método denominado "cera perdida". Esculpían en cera de abeja la figura que deseaban plasmar, la cubrían posteriormente con barro para hacer un molde único, dejando dos aberturas; una en la parte superior y otra en la inferior. Al cocer el barro al fuego la cera se perdía por los hoyos. Luego tapaban uno de los hoyos y vertían oro por el otro hoyo.

Enfriado el oro, el indio quebraba el barro para descubrir la figura que el había esculpido en cera, pero ahora la tenía en su mano hecha en oro. Existe una exhibición de estas obras de arte únicas en museos de la Ciudad Sanjosé.
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Parrita, Provincia Puntarenas

Detalle del pueblo y su historia:
En cuanto al origen del nombre, una versión nos dice que se trata del mismo acentamiento indígena que menciona la historia y que lo sitúa en el año 1577 como Pirrís, -pueblo productor de maíz- nombre con el que aún se conoce el más importante de sus ríos.

Otra versión popular deduce, que por ser Parra apellido común en varios de los primeros colonos, bien podría ser un diminutivo. Aunque así no fuera, vale recordar esa costumbre arraigada entre los costarricenses: nombrar las cosas y hasta a las personas con diminutivos; razón por la que los centroamericanos les llamaron "ticos" y es hoy el término con que se autodenominan.

Parrita invita al descanso en sus rincones soleados que dan paso a parajes de palmas con su Isla de Damas y Palo Seco; con su estero y playa esterillos, o el atractivo Valle del Pirrís, conocido también como río Parrita.
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Quepos, Provincia Puntarenas Del pueblo y su historia:

La Ciudad Quepos es población portuaria en el Pacífico. Hasta febrero del año 2015 en que por votación unánime la Asamblea Legislativa adjudicó el nombre oficial de Cantón Quepos, el cantón fue conocido como Cantón de Aguirre, apellido de Rolando Aguirre Lobo, persona activa en la búsqueda de soluciones a los problemas comunales de este pueblo del que fue vecino y comerciante.

La playa de Manuel Antonio con su oleaje suave y mediana pendiente posee una pileta submarina de millares de pecesillos multicolores. Ahí mismo la Punta Catedral y el Parque Nacional de Manuel Antonio es de tal belleza escénica que algunos dicen que es un paraíso perdido.

Sus árboles espaveles, almendros, panamás, manzanillo y cedros son lugares predilectos de monos cariblancos titís, armadillos, aves, reptiles, guarusas, martillas, manigordos, zorros, cocodrilos, aguilas marinas, golondrinas, osos perezosos, garzas y desde luego, las famosas palomas de la laguna de agua dulce. Así también, al adentrarse en su mar, son de admirar a los delfines chapoteando en ambos lados de las embarcaciones.
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