Tenemos la gran fortuna de contar con unas zonas verdes bellísimas y con una naturaleza que es de atracción mundial, e incluso por lo tanto, los ojos se pusieron sobre nuestro país hace treinta años.

En ese momento creo que se disparaba mucha cosa. Había turismo de aventura, había quienes querían hacer turismo rural, turismo de ecología, y se aprovechó un momento en el cual se dijo pues, parece que el costarricense tiene unas cualidades que pueden ir más allá del campo al que nos dedicábamos en ese momento.

El costarricense tiene las calidades que sirven para el servicio, tanto médico o enfermería como para la hotelería; para recibir gente. Cuando este proyecto inició, allá en 1974, mi padre vino con una idea y vio el turismo en primera mano, en latinoamérica. Aquí en Costa Rica todavía no había. Esta industria lleva cincuenta años y Punta Leona está a punto de cumplir los cincuenta años. Y entonces, la nota graciosa que siempre comento, es que, en el momento en que fue adonde los bancos a proponer que quería hacer un proyecto turístico, el Banco le preguntó: ¿Usted va a dejar crecer el bosque?
- ¡Umjú! - Entonces no le prestamos. Es que nosotros sólo prestamos para agricultura y para ganadería. Todo lo que usted ahorita ve en Punta Leona eran pastizales para ganado.

Entonces mi papá comenzó con el turismo regenerativo y sostenible cuando ni siquiera se manejaban esos términos. Él le decía: en armonía con la naturaleza. Y esta en armonía con la naturaleza, también una regeneración social y una reconexión. Entonces esa armonía que brindara a una comunidad que se acercara aquí.

Los primeros visitantes, las primeras personas que confiaron en este proyecto, pues, se comenzó así, con las primeras quinientas personas sí creyeron en lo que proponía mi papá. Entonces no hubo que ir al Banco. Y estas personas venían a tiendas de campaña, venían en casa móviles y es una comunidad que creció muy en paz, muy feliz, muy de la mano de la naturaleza.

Nuestro fuerte es la naturaleza. Nuestro fuerte es un lugar de... yo le llamo una isla biológica, porque aquí de todo se da y todo crece. Entonces, decidimos que nuestro turismo fuera ese: era un turismo de aprendizaje, de cultura, de turista inteligente. Siempre le llamé así: un turista que viene a aportar. Y el lugar que usted visita es un mejor lugar gracias a la visita y la persona se va una mejor persona. Cuando viene es una gran responsabilidad la que tenemos, gustosa, responsabilidad de que un país tan pequeñito seamos reconocidos por los esfuerzos que hacemos. Y qué suerte poder tener esa bandera.

Entonces aquí lo que estamos proponiendo es desarrollar un modelo de turismo que sirva para todo el país, que sea una inspiración lo que estamos probando aquí, y que nos pueda traer, por supuesto, más turismo. Pero además, también, ventajas que van más allá de lo inmediato, de lo local.

Cuando usted hace labores dentro de su zona geográfica y estas labores dentro de su zona geográfica traen beneficios a las zonas aledañas, eso ya es turismo regenerativo. Ya yo estoy, por lo que yo estoy haciendo aquí, no sólo estoy dejando tablas, o sosteniendo lo mío, o reponiendo lo que se degradó en algún momento, sino que ahora las comunidades vecinas empiezan también a beneficiarse de esto.

Y por eso es que es tan importante proteger el turismo, porque el dólar de turismo es el dólar que más se reparte en la comunidad.