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Ricardo Lopecallejas
Sin mutación no hay vida; interrelacionarse cada día más para escoger mejor socios y amigos. Podemos ver que entre nosotros, las personas,
no hay más que el pensamiento mismo. Entonces, si consideramos que todo pensamiento es pensamiento de una cosa, yo puedo dudar siempre de que la cosa sea como el pensamiento la piensa. Pero si yo retraigo mi interés y mi mirada, no en relación entre el pensamiento y la cosa, sino a la relación entre el pensamiento y yo; y si tomo el pensamiento mismo como objeto, entonces ya no me puede morder duda alguna cuando tengo cimentado mi conocimiento en torno a un algo o cosa específica. La constante siempre ha sido que personas de centenares de naciones y pueblos intercambian opiniones; así las supersticiones u otras anomalías, ya hayan sido heredadas o adquiridas, se anulan unas a otras. Florece el conocimiento.
Transmutación
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