Primera parte: Pintor de sueños
Segunda parte: La puerta de las estaciones: Primavera \ Verano \ Invierno \ Otoño \ Amanecer

Hannia Hoffmann
Ensueño


Primera parte: Pintor de sueños


¡Hola! Se preguntarán ustedes quién soy:
Pues bien, yo sólo soy un Pintorcito al que le gusta pintar y conversar.

Quiero decirles muchas cosas. Por ejemplo: talvez se podría escribir un libro usando como tinta la savia de algún árbol. Antiguamente, hubo quienes hablaron de usar por tinta su propia sangre; y hoy nos parece -al menos a mí- que es esa una forma un tanto complicada de expresarse. Y i claro ! se expresa cada quien como le venga en gana. Es por eso que decido contarles esta historia. Sucedió en un tiempo y un sitio determinados y, quizás, aún sigue sucediendo. Podría ser una historia de alguien que todos conocemos: a quien algunos aman y otros detestan. No, no está escrita con savia de los árboles. Como todas mis historias, está escrita con tiempo: con el tiempo, las horas, las vivencias pasadas, que aprovecho sutilmente y casi sin pensarlo. Sus protagonistas no lo saben, y puede ser que no lo sepan nunca.

¿ Les gusta la guitarra ? ¿ Les gustan las canciones ? Voy a comenzar esta historia cantando para ustedes. Sientan los acordes de mi guitarra acariciar sus tímpanos. Escuchen la tonada y, por favor, pongan mucha atención a la letra de mi canción.

Dicen que sueñan despiertas,
las personas, cuando tienen
las promesas incumplidas,
los proyectos en proceso.

Y que, soñando despiertas,
tejen en sus pensamientos
hermosos juegos.

Así también en las noches,
cuando el mundo está en silencio,
los seres niños dormidos
construyen mundos perfectos.
Perfectos mundos de sueños,
juegos, recuerdos...

Si viajas por esos mundos
encontrarás mil caminos
poblados de proyecciones,
con poemas inconclusos
y con sueños en proceso:
materiales estupendos
para el pincel del artista,
para el canto de las aves
necesario complemento.

Por la senda de los sueños
de todos los seres vivos
que, dormidos o despiertos,
juegan en sus pensamientos,
podrás pasar cuando quieras,
como verás en mi cuento;
y disfrutarás el arte,
que es expresión de deseos.

¡ Cuánto disfruto el sonido de mi guitarra de abeto ! Así pues, amigos, eso fue lo que le sucedió a Bèatrice, nuestra protagonista.

Cansada ya de esperar que sus proyectos se completaran, a pesar de todos sus esfuerzos, Bèatrice se puso a soñar... Fue en una linda tarde. Estaba por irse el invierno y entrar el verano. Era tiempo de contradicciones: la lluvia y el sol entraban y salían de escena inespera- damente.

Bèatrice se fue de paseo con un grupo de sus mejores amigos. Es lo que se acostumbra hacer cuando llega el verano...

Fueron a la montaña. A una linda montaña plena de bosque virgen y espléndidos paisajes: frondosos árboles en cuyas altas y no tan altas copas, anidaban aves de colores y tamaños variados.

El viaje lo hicieron en un cómodo autobús, que luego dejaron a la orilla de la carretera.

Bèatrice miró ahí el ave más bella que había visto: el quetzal que no permite el cautiverio y que sus largas plumas son parte de esa reviviscencia maya de Quetzalcoatl, la serpiente emplumada.

Caminando en fila india, descendieron por una estrecha vereda que sólo permitía el paso de peatones. Las orillas de esta vereda estaban llenas de arbolitos en flor, colmados de aves y mariposas.

Llegaron a un sitio en medio de toda aquella vegetación. Era una caída de agua, que formaba un pozo y poseía una especie de playón que dejaba al descubierto las finas arenas doradas por los rayos de un sol paradisíaco a los ojos de Bèatrice y sus amigos.

En un recodo frente a la cascada, se detuvieron para armar el campamento e iniciar su descanso.

Tras un pequeño almuerzo, acorde a las condiciones del campamento, durmieron una siesta. La caída del agua era un murmullo que arrullaba el sueño del pequeño grupo.
Bèatrice no dormía. Aquel sitio le agradó tanto, que prefirió reposar, observando.

El viento aunó su murmullo a aquel del agua, convirtiéndolo en música, junto al canto de algunos pájaros yigüirros...
Y comenzó el ensueño.

De repente, Béatrice descubrió un pintor, frente a ella, quien parecía estar usándola como modelo en su trabajo. Por supuesto, queridos amigos, que ese pintor no era otro sino yo.

- ¿ Qué haces ?
- Verás: estoy construyendo historias.
- ¡ No te comprendo !
- Sí - le respondí, cantando con mi guitarra:

Yo tengo un pincel mágico
que pinta sobre el lienzo
paisajes de colores
que sólo hay en los sueños.

Y mi pincel fantástico
inventa personajes,
usando cualidades
y aún empleando defectos.

Mira, Bèatrice, yo no tenía ningún interés en molestarte. He venido aquí creyendo que tú también dormías, para pintar los sueños de todos. Y, al fin que estás despierta, qué remedio, podrías considerar ayudarme en mi trabajo. Y ¡ quién sabe ! pueda que logres colaborar para que, juntos, construyamos un cuentecito, una historia.

- ¿ Qué debo hacer ?

- Observa bien el cuadro, porque tiene los sueños que ahora sueñan tus amigos. El árbol de cas lo tomé del sueño de Hazel.

¿ Puedes ver ? Ven. Mira los detalles..
La araña colgó su tela en las ramas más bajas del árbol de cas. Tejió afanosamente y, tras arduo trabajo, quedó terminada su obra maestra: una bella tela de araña, con hilos entrelazados a modo de lindo laberinto.

El árbol está en su plenitud . Sus hojas cubren el suelo. Sus frutos caen, picados y amuescados por los pájaros. Germinan las semillas en la tierra buena y nacen otros árboles.

¿ Cuántos seres pequeños, diminutos y cuántos invisibles habitan este árbol ?
¿ Durante cuántos años ha dado sus cosechas ?

¿ De dónde crees, Bèatrice, que ha salido este bello sueño que hay ahora en la mente de Hazel ? ¿ Crees que sea un recuerdo o algún deseo; o quizás la explicación de algo misterioso ?

-¿ Tú no lo sabes ?
- ¡ Claro que no ! Yo visito los sueños para pintar mis cuadros y también para construir historias: no los entiendo. Sólo los disfruto y los aprovecho. Mira, ahora, este pájaro y continuemos:

- ¡ Despierta ! - dijo el pajarito amarillo con pecho negro - y le aventó a Hazel desde lo alto del árbol, trozos de ramas y hojitas secas.

¡ Ven ! Los yigüirros están cantando y yo quiero mostrarte nuestra casa.
Este firme árbol de cas ha sido nuestro hogar durante muchas generaciones.¡Ten cuidado ! ¡ No te tropieces ! ¡ Podrías destruir la casa de la señora araña !¡ Mírala bien ! Ella aprovecha todos los recursos al máximo.
¿ Te gusta nuestra música ? Nacimos con ella. Es nuestra forma de ser. Observa bien cómo la Señora Araña aseguró su tela, colgándola de un trozo de rama. Ella aprovecha todos los recursos. Y si el viento o la lluvia destruyeran - cosa difícil -esta tela de araña, ella construiría otra. Ven: entra en mi mundo, observa nuestros nidos. Este árbol nos ha dado de comer durante muchas generaciones. Y recibe visitas de otros pájaros. Este es nuestro hogar.
¿ Sabes ? No he tenido amistad con muchos humanos. ¡ Me parecen extraños ! Tampoco ¡ claro ! he tenido amistad con los gusanos o los insectos. ¡ Eso es porque me los como ! Pero no a los humanos, ni ellos a mí. Sin embargo, no sé cómo acercármeles. Muchos me parecen dañinos, depredadores. He estado de visita en los sitios públicos en donde se reúnen: ¡ No los entiendo ! Pero ven, entra en nuestro árbol y conóceme mejor, a mí, a los míos... Te he visto disfrutando el silencio y los rayos del sol. Te gustará nuestra forma de vida. Este es mi nido y éstos son mis polluelos. Sé que los humanos, durante años y años han hablado de nosotros en sus cantos, y han tejido leyendas... leyendas acerca de lo que ellos creen que somos. Pero hoy, yo te mostraré lo que sí somos.

Un sonido en el ambiente, querida Bèatrice,interrumpió aquí el sueño de Hazel.
Ahora mira en el cuadro: ¿ Ves este paisaje de playa, casi nocturno ? Ese es precisamente, el sueño de Eric.

Dame la mano. Permanece junto a mí. El Sol está a punto de ocultarse. Disfrutemos la tenue luz... el día nos pertenece, o lo que de él queda aún. Estamos en él para construir la vida, nuestra propia y única vida. Nosotros somos los solos dueños de nuestro destino. El día se acaba y la noche está por empezar. Alguien dijo por ahí que si el día es bello, la noche es sublime. Y sí, lo es. La belleza de la noche es sublime: pero aún no llega. Disfrutemos, entonces, de estos rayos de Sol: parecen disminuidos en su fuerza, como si alguien les hubiera bajado la intensidad. Ya el Sol se va. Amo los juegos de colores que se producen cuando el Sol llega y cuando se marcha. Míralos bien, disfrútalos y piensa que son una bella puesta en escena sólo para tus ojos: aprécialos. Cotempla sus reflejos en el mar y que tu cuerpo sienta, también, el cambio de temperatura: la tibieza que había se marcha poco a poco. La noche, junto al mar, es menos cálida de lo que es el día. A veces es muy fría. Ya el sol se va. Y la noche, la bellísima noche está por empezar. Aquí, junto al mar... Toma mi mano, caminemos. La luz se ha ido y la primera estrella apareció. ¡ Linda ! ¿ No te parece ? La belleza de la Naturaleza está ahí para todos, sólo porque sí. Este lugar, esta playa en el comienzo de la noche, sin luz eléctrica, nos permite apreciar la gran belleza y el poder sublime de natura. Amo estos paisajes, amo estas horas...

- Bien, Béatrice, eso es lo que yo llamo un sueño estructurado. Mira el cambio en el cuadro: parece que amaneció en el mar. Ya nos vamos hacia lo que sueña Ciré:

El mar es vida... Me restablece, me da descanso, me ofrece ensueños. Camino por la playa. Las olas van y vienen y me acarician: el sitio todo es todo un ensueño. Arena tibia, gratos sonidos. Se va el cansancio.
Mi cuerpo se va volviendo nuevo. Descanso. Armonía y quietud. Intimidad perfecta: sólo el mar y yo, nadie más. ¿ Adónde quería ir ? ¡ Ya no lo sé ! El cansancio se ha ido.
El mar está ahí: siempre está ahí, en su sitio, nada lo conmueve, ni siquiera los maremotos o los tornados. Pasan las tempestades y él sigue ahí, habitado por multitud de seres, y nada lo conmueve.

Pasan los siglos y él está ahí. Le cantan los poetas y se apasionan los enamorados junto a sus aguas. Acaricia los cuerpos de las gentes y es fuente de trabajo para los marineros y los pescadores. No sabe de dolor ni de alegría... sólo está ahí y yo lo aprovecho o lo ignoro, a escogencia de mi voluntad. Así es todo en la vida. Así es mi relación con todo lo que hay en la vida. Sólo es mi propia decisión... El tiempo, los lugares, las gentes, los sonidos, la música, las artes, los gritos, el lenguaje, los insultos o las caricias, están todos ahí y yo sólo los uso de acuerdo con mis necesidades. Descanso... El mar ha estado ahí por muchos, muchos años y ahí continuará sin perturbarse.

El sonido del mar se disminuye... la música me envuelve...Más brisa tibia. Miro el agua quieta que enmarca el horizonte...la música me envuelve. Camino y la playa se hace mía, envuelta en esa música que ahora también me pertenece. Quiero bailar. La playa toda es un gran escenario. La sangre se me ha vuelto armonía: armonía y ritmo. El mar, la música, la playa y yo somos uno... nos pertenecemos.

¡ Cuán suaves y armoniosos pueden ser los sueños de algunos y cuán complicados los de otros ! Observa, Bèatrice, el sueño de Shirley. Comienza en esta cueva que ves en la pintura.

> Adentro, en la cueva, todos se pelean. Son violentos casi por herencia. Su actitud les parece natural y hasta divertida. ¿ Por qué se golpean entre ellos ?
Los más jóvenes están aprendiendo . Alguien les enseña que la vida sin violencia puede ser mucho mejor. La cueva se va llenando de luz y los vestidos de todos se tornan de colores. Hablan en muchos idiomas que yo no comprendo. Pero parecen estar de acuerdo. Me gusta ese tipo de comunicación. Y caminan hacia la luz cantando. Caminan por una calle ancha, de piedra, sombreada por árboles frondosos que dejan pasar rayos de sol. Caminan hacia la luz, cantando:

Toma mi mano pronto, hermano,
y siente junto a mí
todo el amor del mundo, hermano,
vivir es producir...

Y los sueños, Béatrice, te digo que los sueños aún no han acabado: apenas empiezan. De ellos nacen poemas, canciones, obras de arte y hasta proyectos científicos, o construcciones.
Mira: ya está terminado tu retrato. ¿ Te gusta ?
- Pero esa no soy, exactamente, yo.
- ¡ Oh, claro que sí eres tú ! Ese es el punto de vista que hoy tengo de ti. Si regreso mañana, te haré otro retrato y talvez sea distinto. Hoy estás muy linda, igual que siempre y esta imagen es la que voy a conservar de ti.
Si volvemos a vernos, talvez la cambie, talvez no. ¡ Chao !

La guitarra volvió a sonar:

¿ De qué color es el mundo
que tú quieres que te pinte ?
Porque haz de saber, amiga,
que yo tenga una paleta
que puede pintar tu mundo
al derecho y al revés...

Esta es, queridos amigos, la forma en que construyo mis historias. Como aquella, en la que un viejo y afamado brujo, que también conocí por los caminos de los sueños, se sentía solo y no lograba recordar cuándo fue que comenzaron a cantar los griegos... Se sentía solo y quería recobrar sus recuerdos. Porque el principio del canto de los griegos no era lo único que había olvidado. Escribió un verso:

Pájaro, me dijeron que orar es recordar.
Remóntate en tu vuelo
y lleva mi recuerdo en tu canción.

Escribió un verso. Pero mejor esa historia se las cuento otro día, porque ahora debo irme.

Yo tengo un pincel mágico
que pinta sobre el lienzo
paisajes de colores
que sólo hay en los sueños.


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