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La premisa para introducción a este taller consiste en que la persona se considere a sí misma como dadora (que da, que dona). Darse cuenta y estar predispuesta para decirse a sí misma: soy una persona que contribuye en poco o en mucho al bien común porque con ello me beneficio y, por ende, beneficia a mis personas cercanas. Me refiero a que aporto soluciones, doy soluciones, construyo muy severamente lo que tengo que rever porque mi secreto consiste en la concentración. Paso mucho tiempo analizando las situaciones y cuando llego a soluciones creíbles por mí, las expongo a mis asesores y la experiencia me da como escuela que en mi vida aporto soluciones estables que benefician a otras personas. Como persona me beneficio con mis estudios y experiencias de los cuales doy a mis clientes asesoramiento; es lo que me gusta hacer y soy profesional en eso. Se trata de un acto en una sola vía para que existan las personas que aporten al medio ambiente un rescate de opiniones; así unos de los otros, contribuyen a encontrar muchas de esas cosas que nos sirven en la vida y, algunas veces incluso, se aceptan y se ofrecen como pago de servicios. Como esta técnica es y ha sido día a día suficientemente probada, entonces se toma por práctica la continuidad y seguimiento de la escuela. Se basa en que el 50% de la solución de un problema consiste en tener conciencia del mismo y el éxito de la producción consiste en la percepción de que las necesidades pueden ser satisfechas para ambas partes, la mía y la de la otra persona. A estas premisas agrego comunicación verbal breve y sencilla, reforzando lo que se dice desde diferentes puntos de vista. Pero esos puntos de vista no son exactamente míos, no se trata de exteriorizar mi parecer, sino que voy a valerme de la asociación de ideas sobre casos anteriores que hayan sido resueltos; casos por mi estudiados para mi vida particular o para la de otros, casos resueltos, como todos los casos que atendemos. Y cuando decimos resueltos debe entenderse "favorablemente". Un caso resuelto "al pastor" sería aquel en que decidiera usted, a priori, no hacer un negocio al intuir desinterés en lo económico. Esa acción le depara una gran economía en su tiempo para que usted lo dedique a actividades de mayor interés sean o no económicas. Una de las mejores prácticas para un taller relacionado con Disciplina Organizacional es aquel que llamamos PRODUCE y que nos ofrece una práctica de un día de trabajo: 2. Inicie con una charla diciendo que los presentes deben recordar que muchas veces, a aquellas personas a las que han ayudado en la vida, eran personas que no tenían dinero en aquel momento, por lo tanto no se les podía cobrar. Pero sí podía aprender de las experiencias de ellos, de los problemas que ellos tenían, de esa manera considerar que estoy pago, que me han pagado. Continúe diciendo que todas las personas tienen un haber, el hecho de que un individuo no tenga de momento dinero en efectivo es por si mismo ya un valor, el valor de tener que ir a buscarlo y... conseguirlo. Termine diciendo que el taller que se llevará a cabo en este día implica asuntos personales (muy personales) y de negocios con miras a alcanzar resultados estables, efectivos en la mayoría de las veces sin tener incluso dinero efectivo, aún más, sin usar el dinero efectivo de otros. Y decimos "la mayoría de las veces" porque casi siempre los problemas personales inciden en los negocios y viceversa. Si la concentración es el secreto de la fuerza, analizar y rever significa un ordenamiento a priori de las ideas, para que en el momento de actuar ya no haya que pensar sino que se trabaja por (en pro de) lo pensado, lo planificado. Se actúa. Transfiera lo anterior a este tema: Me he dado cuenta entonces que las personas tienen muchos sueños y metas por alcanzar; y que todas son nobles desde el punto de vista de cada quien y que también son nobles para mí. Entonces darse cuenta de que lo que sucede, sea, que las personas con pensamientos nobles e ideas por realizar, metas a alcanzar, poseen en sus ideas una "ligera intoxicación organizacional" que se elimina y no vuelve a aparecer nunca (léase jamás) con sólo el hecho de organizarlas. Organizarlas es introducirlas en una disciplina organizacional que consiste en exponer las cosas tal y como uno las piensa, porque el factor de maquillar corresponde a otro proceso (que está más bien relacionado con la actuación, eso significa preparar un show, una exposición). Así, sin maquillajes, ofreciendo puntos de vista, fijo el objetivo a alcanzar, viene el plan de vuelo para volar y alcanzarle y, una vez que los planes están hechos, ir previendo en las circunstancias del terreno en que se vayan desenvolviendo, entendiendo terreno como espacio. http://lectorias.net/voyageur http://lectorias.net/evasiva.html http://lectorias.net/coco.html Para llevar a feliz término la producción en la disciplina organizacional existen nueve pasos naturales en la mente humana (da igual que la producción sea de una comida, un corto de cine, sastrería o la mayor producción humana que es la humanidad en el espacio) Tesis, antitesis, síntesis, análisis, dubitar, espacio, tiempo, materialismo y el quehacer (al que refiere http://lectorias.net/evasiva.html). 3- En síntesis, si una persona no tiene ordenadas sus ideas y sus metas, se le dificulta alcanzar la producción, a veces incluso en su propia cocina, sea en el alimento diario. Sin embargo me he topado con que las personas nobles aún teniendo desperdigadas las ideas no significa que tengan desperdigada toda su vida, sino que usan este mismo método (los nueve pasos, incluso sin percatarse que lo usan) en otras cosas en la vida en las que sí las va bien. Entonces, basta ajustar ese conocimiento previo a las otras facetas de la vida en las cuales no ha triunfado, o bien, tiene triunfos a medias y por lo tanto coindicen en no haber alcanzado alguna de sus metas. Es decir, ordenar (ayudar a hacerlo) en el sentido de aplicar sus gratas experiencias a las otras que todavía no les han sido satisfechas. 4- Analizando esto un poco más en detalle, lo que significa es que algunas veces problemas de no realización invaden a otras facetas de la vida (en las que sí hay realizaciones) y esto les desestabiliza parte de su haber. Disfrutar, por ejemplo, la vida mejor sin necesidad de altos costos económicos. Dicho de otra manera, poseer disciplina organizacional con el mínimo esfuerzo y tener la dicha de tener resultados estables a diario. Invertir en la disciplina del planeamiento, en la disciplina de pensar primero para actuar después sobre lo pensado, porque eso es la básica fundamental de todas las grandes empresas que en el mundo siguen siendo y son. Porque ese es el rubro más alto, el de mayor costo, el que requiere más tiempo y a la hora de ejecutarse, es el que proporciona producir con menos costos y altísimas ganancias personales y colectivas. 5- Así por ejemplo, ver el caso de una persona que, teniendo muchas metas por alcanzar, no ejerce la base fundamental que consiste en tener un equipo o una persona que le asesore para que se organice. Sino que solamente toma los conceptos de ese asesoramiento y los hace suyos sin trabajar en equipo. Entonces obviamente no hay equipo, lo que hay solamente es nutrirse de las ideas de quien asesora, pero sin ninguna disciplina. Porque lograr una disciplina organizacional significa comprender que el chofer que maneja un autobús impone las reglas (no ocurrencias). El chofer hace cumplir esas reglas que existen en torno al manejo de un autobús y que significa también que es el responsable por llevar a su destino ese autobús, como también lo es, si no llegara a su destino; independientemente de las causas circunstanciales que pueda deparar la ruta (previstas o no). El hecho de conducir implica muchas cosas. Por ejemplo, llevar la mirada lo más alta posible hacia el horizonte para prever cualquier eventualidad, simultáneamente con todo lo que sucede dentro del autobús, o sea, hasta los estados de ánimo de sus pasajeros; teniendo algunas veces que detener la marcha para que las cosas o individuos se mantengan dentro de los límites totales de seguridad y hasta no tenerlos resueltos, no continuar. Si tras varias veces de detener la marcha del autobús, por llamar la atención de algún pasajero que "no coopera", la lógica indica bajar al pasajero y continuar la marcha sin él, pero veamos lo que sucede cuando lo que se pide es que ese pasajero llegue a la meta aún sin su colaboración. Una práctica militar diría que debe ser amarrado y sujetado a su silla, por cuanto no está colaborando con el bien común; pero entonces surge la gran duda de si eso es correcto o no. Dentro de la disciplina militar eso sería lo aceptable (aun incorrecto o no), pero dentro de la situación de las leyes civiles, no. Por lo tanto, habría que estimar hasta dónde prevalecen las leyes civiles y hasta dónde la disciplina militar. Como en el caso que nos ocupa es la "disciplina organizacional" las tres dimensiones son: 1- Se amarra el individuo al asiento. 2- Se baja del bus y 3- Si ninguna de las dos se pueden llevar a cabo, no se continúa. En este caso la meta no será alcanzada excepto, si convencionalmente nos declaramos en meta. Cualquier otra cosa que se quiera hacer significa un nuevo programa, un nuevo planteamiento, un nuevo pensar. Significa saber a fin de cuentas que las circunstancias no permitieron llegar a la meta ansiada; se toma como resultado que la meta se tornó imprevisible y se retoma la nueva producción. En este punto cero es exactamente volver a empezar sólo que ya existe una parte del camino recorrido iniciando nuevamente por la Tesis, que para el caso, consiste en darnos cuenta en qué condiciones estamos; qué necesito para llevar a cabo y alcanzar mi meta, la que siempre fue, es, ha sido y será y vislumbrar un punto de lógica para poder darme el tiempo de pensar, para analizar... volver a planificar, para actuar sobre lo pensado, después de que no exista la más mínima duda, con el acuerdo total entre las partes y las nuevas reglas que se impongan; entendiendo a fin de cuentas que, cualquier cosa sobre la cual se vaya a actuar implica a a vez, como medio de realización, la disciplina organizacional. Es decir, pueden cambiar las reglas, pero para ejecutar cualquier plan, disfrute a plenitud la existencia de su vida, produzca soluciones acordes y estables para su comodidad intelectual con un equipo humano disciplinado organizacionalmente, porque es lo que favorece al individuo y al bien común. Para el quehacer de hoy hay mucho espacio... 6- Desde luego que para el conductor ser dueño del espacio significa no compartirlo. Un capitán delega pero no segrega responsabilidad. Y bien, es esa su única tarea, porque damos por un hecho que los intereses del pasajero, o de las otras personas que no forman parte del autobús, pero que están presentes por ser parte también de la meta, no son necesariamente los intereses del chofer, aún cuando el chofer también tuviese otros intereses, pero en este caso al que nos referimos es solamente de su condición de ser el capitán del autobús. Si sabemos que en un lugar hay un orden visiblemente maquillado pero que no procede con los fines que se pretenden lograr, lo primero que haríamos en una disciplina del pensamiento racional, es eliminarle todos los maquillajes para verlo en puridad, porque pueda ser que un supuesto accidente al momento no haya ocurrido, pero es obvio que podría ocurrir. De no ocurrir es porque las circunstancias lo favorecieron, pero eso sería un caso al azar, por improvisación, pero no por disciplina. Retomando la situación de maquillaje, algunas veces podemos toparnos con que alguno o algunos de los pasajeros podrían decir que sí, que están de acuerdo con esa disciplina que a mi gusto de ver es tácita, pero podrían maquillarla de manera tal, que hagan creer que la disciplina existe, incluso llegar a creer que están cumpliendo con las disposiciones del chofer. Pero es aquí donde sería muy incómoda la labor del chofer si, además llevar en alto su mirada al horizonte, conducir la máquina y prever cualquier contingencia en el camino, tendría que ocupar su mente a la vez en discernir, si el pasajero en realidad comprende cuanto sucede o tiene otras intenciones que no siendo claras para el conductor, esto podría llevarlo a cometer una imprudencia ante un simple desliz... porque ya el chofer no estaría actuando sobre lo pensado, sino que tiene que pensar sobre un imprevisto, que se supone no puede serlo, porque dentro del bus se da por un hecho que el conductor tiene dominio a priori, es decir, un domino que fue establecido desde antes de que arrancara el bus. Es aquí en donde se recomienda, por disciplina organizacional, detener el bus, para que el tiempo no corra donde sabemos que corriendo está, porque entonces la meta deja de ser importante, lo importante entonces es sobrevivir. 7- Es bien claro que el fenómeno del tiempo, es decir, no es que el tiempo no transcurre ¡vaya! Lo que sucede es que para efectos de alcanzar la meta el tiempo de actuar no corre, sino que hay que abrir un nuevo espacio dentro de un nuevo tiempo, hasta solucionar la situacion. Si el fin primordial era la meta, ya la meta no será alcanzada en el tiempo en que se pensó, sino entonces prevalece el desorden y una de las características fundamentales del desorden es que el tiempo parece no correr, cuando más a prisa corre, dicimos esto en el sentido de adverso. Esto es una característica de todos los grupos humanos, cuando no prevalece el régimen parlamentario. Porque entonces el tiempo se pierde en discutir y las personas sólo hablan pero no se escuchan una a la otra. Pero si el chofer mantiene una disciplina organizacional, oye y parece que no escucha, no discute, ni siquiera habla, sólo actúa conforme a su disciplina organizacional, en el entendido que esa disciplina no fue impuesta por él sino que es el producto de un demandado, de horas de planificación, que estuvo a cargo de un Estado Mayor; aquel Estado que se reunió y aprobó lo que se debía hacer, porque es la única manera de alcanzar el fin, en el entendido de que el conductor no es un autómata, puede cambiar las reglas del juego y que los únicos medios no aceptables son aquellos que sean castigados por un sistema judicial. Esto significa crear sobre la marcha, pero no improvisar. Porque crear sobre la marcha es re-crear con base en los planeamientos delineados a priori. Esto significa que cualquier acuerdo de estado mayor, asamblea general o de socios no puede ser unilateral. Tienen que ser acuerdos en los cuales prevalescan no menos de tres posibles soluciones o alternativas para cumplir un determinado fin. 8- Ahora vamos a suponer (imaginar) un bus piloto-automático. Es una nave pre-dirigida, sus ocupantes no pueden salir de esa nave programada... No hay conductor, no hay jefe. No hay posibilidad de que sus ocupantes salgan de ella, no nos vamos a detener entonces a analizar esta condición, por cuanto la condición está dada, es inalterable. Sea, no existe ninguna circunstancia de que haya la menor alteración en la llegada a su meta, porque de existir alguna circunstancia ajena, simplemente sería achacada a un error no previsto y por tanto la misión no sería cumplida. Entonces ¿ Cuál sería el trabajo de sus ocupantes ? Pues simplemente transitar, hablando acerca de lo que será su misión luego de llegar a la meta, y todo, bajo un ordenamiento que no se puede alterar, salvo desde luego, que a sus ocupantes no les interesara construir sino destruir. Pero partiendo del hecho de que sus ocupantes lo que quieren es construir, pues lo único que en ellos conlleva es repasar una y otra vez su actuación, que será realidad cuando lleguen más allá de la meta, sin dejar a un lado la realidad propia que se vive durante el tránsito (como ejemplo http://lectorias.net/voyageur). Por lo tanto pueden alternar con juegos, conversaciones triviales, o bien comentar nuevos sueños que posiblemente sean efectivos, pero no en el momento que nos ocupa, sino simplemente para aprovechar aún más el tiempo que puede deparar el ocio ante una situación que está totalmente programada. Esto significa que sus ocupantes están al borde de la materialización y por lo tanto lo que debe de imperar es el relax, las buenas maneras, las sonrisas y hasta las mismas ocurrencias que se sucedan con ánimo de hacer reír, para alcanzar las óptimas condiciones individuales, para que a la hora de llegar a la meta, todo cuanto se propusieron sea el disfrute y no otra cosa. Comunicación para fomentar la buena voluntad. 9- En el punto anterior dábamos por un hecho que las personas de la nave tienen por común denominador vivir en excelencia, en condiciones para dar, porque el disfrute es dar, dando por un hecho de que recibirán o ya han sido pagos a priori, por tanto, todo cuanto se gane estará por encima de lo que ya es ganancia, lo que podríamos calificar de ultra petita. Ejemplo es la empresa en donde algunos individuos aportaron más que otros. La organización prevee que cada quien debe sacar sus ganancias en relación a lo invertido por cada quien. Véase que en una situación así no hay subalternos, lo que existe es la misión de cada quien. Cada quien sacará las ganancias que fueron previstas en el Estado Mayor, acuerdo o Asamblea, en el entendido de que todos los ocupantes de esa nave son, además de personal auxiliar, también personal creativo, a su vez co-dueño de acciones, en un régimen disciplinario organizacional que ayuda a jugar entre las circunstancias previstas e imprevistas. A fin de cuentas lo que importa es que los acuerdos logrados en comunión sean realizados en el espacio y en el tiempo para volver al punto original, sea lo acordado en comunión; la diferencia estriba en que cuando fue acordado era un sueño, una meta a alcanzar. Si de momento el sueño esta realizado, entonces, veamos más allá. Si la premisa para introducción a este taller consiste en que la persona se considere a sí misma como dadora (que da, que dona) y que está predispuesta, como persona que contribuye en poco o en mucho al bien común porque con ello me beneficio y, por ende, beneficia a mis personas cercanas; lo primero que debe hacer esa persona es comprometerse con las reglas del juego y así fomentar la buena voluntad mediante la comunicación organizacional clara, sencilla, sin maquillajes o penumbras dejen dudas.
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