Eric Fco Díaz Serrano; Comunicación Comercial

El arte de la locución

Para ofrecer locución amena,
comprima su diafragma
(músculo entre el pecho y el vientre)
para que la caja toráxica
permita a los pulmones
henchirse de aire sin dificultad.

Entender claro que, la voz,
es producida mediante el aire
expelido por los pulmones
que hace vibrar, al salir de la faringe,
a las cuerdas vocales.

Es natural (se nace con)
el timbre o intensidad
que produce ese sonido.

"Locucionar" es, además de hablar bien,
de pronunciar bien cada una de las letras
que componen las palabras,
dar énfasis de expresión o entonación,
para realzar la importancia
de lo que se dice o "locuciona".

Esto implica actuación.
Las gesticulaciones de quien "locuciona"
permiten al escucha imaginar
una figura relacionada con la voz:
esto permite ser creible.

A esto aunamos el tono, es decir,
mayor o menor elevación del sonido
de manera tal, que siempre existe
una forma particular de decir
una cosa, de "locucionar" un algo.

Descubrir y explotar este don natural
es lo que permite dar información
con animo de orientar al escucha
- o bien, conducirlo - hacia los intereses
propios de quien contrata
o paga la locución.

Los locutores profesionales
se especializan a tal punto,
que usar este arte para venderle
a usted "casi cualquier cosa".
No obstante, se prefiere aquella voz
relacionada con el producto a vender
y su publico meta, como característica
para captar compradores.