Eric Díazserrano

La Doctora Irma Morales
Alcoholismo, mujer, niñez y adulto mayor

A manera de prólogo
La Doctora Irma Morales dedicó su vida a la lucha contra el flagelo del alcoholismo y entre su obra figuran grandes logros que nos la refieren como una persona de bien social, poseedora de una gran voluntad en el trajín de la causa; causa que la llevó a crear la Comisión Nacional sobre Alcoholismo. La implementación de los primeros grupos de Alcohólicos Anónimos es parte de su lucha para que el alcoholismo fuera reconocido como una enfermedad en Costa Rica. Figura también entre su obra, su trabajo tenaz como persona visionaria en relación al sector social y la profesión de Trabajo Social, ante la problemática de la mujer, del adulto mayor y de la agresión infantil.

Este libro escrito por Eric Díazserrano es un documento que aporta al rescate de valores nacionales sobre la vida de la Dra. Irma Morales y su legado al país, que reúne testimonios de un selecto grupo de costarricenses, quienes la conocieron y trabajaron con ella, con ánimo de compartir con las generaciones presentes y futuras, el valioso ejemplo de esta mujer maravillosa, quien dejó, de su paso por la vida, una estela de amor y beneficio para los demás.
Este documento contiene una presentación de hechos y testimonios, documentada en las declaraciones de un grupo de costarricenses que compartieron con ella su trabajo por la recuperación de la población enferma de alcoholismo. Entre esas personas entrevistadas, destacamos los aportes brindados por: El Doctor Abel Pacheco. Psiquiatra: Entrevistado antes de ser Presidente de la República de Costa Rica. Doña Estrella Zeledón. Ex-primera dama de la Republica, en la presidencia de su esposo Rodrigo Carazo. Doctor Guido Miranda Gutiérrez. Expresidente de la Caja Costarricense del Seguro Social. Rodolfo Piza Escalante. Magistrado de la Sala Constitucional de Costa Rica. Y Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Pasamos, entonces, a nuestro recorrido por la vida y el legado de la Doctora Irma Morales de Flores, al conglomerado y a la sociedad costarricense. Gracias al autor por iniciar este libro con uno de mis poemas. Hannia Hoffmann. Mayo de 2018.

La Doctora Irma Morales
Alcoholismo, mujer, niñez y adulto mayor
Capítulo I

Tintilín de gotas de agua.
Poema de Hannia Hoffman, de su libro Juego Canto.

Tintilín de gotas de agua... gotas de lluvia que cantan.
Suena la noche en el aire su tintilín de campanas.
Entre el oscuro misterio suena la noche, o se calla.
Y, entre silencio y silencio, tu pensamiento te habla.
Te cuenta de los recuerdos de noches antepasadas.
Contabiliza tus sueños; realizarlos te reclama.
Ha inventariado las alas que tejiste en horas sabias.
De tus tiempos de trabajo, ha inventariado las armas.
En música misteriosa la lluvia-noche transforma
-sólo porque tú la escuches- su tintilín de campanas.
Y entre su suave armonía en tu mente se deslizan
tus proyectos y tus sueños como traviecillas hadas.
¡Juega en la noche a ser reina ! - te dicen en tanto bailan,
acompañando su danza con risas y carcajadas-
¡Viste tu rostro de fiesta ! ¡ Baña en sonrisas tu cara !
¡ Dános vida en tu trabajo, la vida te lo reclama !
¡ Baila con nosotras, baila, la música no se acaba !
¡ Dános, bailando, la vida, de la que a ti te fue dada !
Y el misterio de la noche iluminan en su danza,
acoplan sus movimientos al sonido de las aguas...
Te devuelven el recuerdo de lo tú proyectaras
sabrá Dios ha cuántos años, al ritmo de las campanas
de otra misteriosa noche, en los años de la infancia,
para que tus pensamientos te cuidaran como hadas
y que, llegado el momento, desplegases bien tus alas.

Un día cualquiera de principio de década de los años setenta la Doctora Irma Morales escucha el editorial de Radioperiódicos Reloj (propiedad del periodista y empresario Rolando Angulo, transmitido por Radio Reloj de Costa Rica Sistema Radiofónico HB, propiedad de los Hermanos Barahona, con la mayor audiencia nacional en las décadas sesenta y setenta del siglo veinte):
"con el radioperiódico que marca el tiempo con la verdad, la justicia y la razón... tilín tilín tilín (suena la campanilla que caracteriza al medio)…
A algunos escapa la situación del país ahora que se implantará en las juntas directivas de las instituciones del estado el sistema denominado 4 a 3; sean, 4 representantes por el partido en el gobierno y 3 representantes por el partido de la oposición.
Se dice también que a los actuales miembros de las juntas directivas se les pagarán prestaciones para que todo tenga un arranque de "borrón y cuenta nueva", sin importar la suma millonaria que aportará la caja de cada una de las instituciones del Estado que vendrán a engrosar los bolsillos, ya gordos, de unos pocos. Este desplante no tiene parangón en la historia del país.
tilín tilín tilín..."

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Doña Irma apagó la radio. Sí, eran difíciles aquellos días, pero adentrémonos en uno de esos días en que la persona se abstrae del mundo exterior para hacer un pequeño alto en el camino y darse cuenta de lo actuado y de lo que falta por actuar. Y no, no fue para descansar que doña Irma se quedó aquella mañana en su casa, más que todo lo hizo para ordenar papeles, sacarlos de un lado para ponerlos en otro; algo así como cuando uno reubica los archivos en el ordenador, los pasa de aquí para allá y de allá para acá y, algunas veces reacomoda una vez más para que el archivo quede de manera práctica, acorde a la forma personal de trabajo propio. Pues bien, esa labor le llevó hasta buena parte de la noche de aquel día, en aquellos tiempos en que la gente consideraba que un alcohólico era un vagabundo paria y, ella divulgaba una y otra vez que se trataba de una enfermedad y que debía ser tratada como tal; que el alcohólico era un enfermo, que había que respetarlo, que no nos olvidáramos que hombres muy buenos caían víctimas de este mal. Y esa era su lucha... bueno, una de sus muchas luchas porque es necesario hacer notar que la doctora Irma Morales tuvo una vida de luchas en favor de la justicia social.
Recordó esa mañana el primer localito en la avenida central de la Ciudad de San José, allá en las cercanías del Hospital San Juan de Dios, precisamente cuando se estaba trasladando a un nuevo local que estaría ubicado en el Paseo Colón, por el actual Museo de Arte cuyo edificio, en otros tiempos sirvió como aeropuerto internacional cuando los aviones aterrizaban en el llano de La Sabana, donde hoy es un parque deportivo en donde se asienta el Estadio Nacional.
Rebuscando entre documentos encontró un papelillo que, pueda que ya no tuviera importancia, salvo porque le hizo recordar un algo que la remontaba a 1960 o 62 cuando conoció al doctor Abel Pacheco, sí, el mismo que cuarenta años después sería el Presidente de la República. El fue uno de sus muchos colaboradores; la conoció cuando ya mucha gente hablaba de la gran labor de la doctora Irma Morales.

Este galeno comentaría años más tarde a la periodista Hannia Hoffmann, que había conocido a doña Irma Morales en sus primeros pasos como siquiatra. Que siendo médico general en Guápiles y luego en Puriscal, había venido muy joven aún, a trabajar en el Hospital Siquiátrico Chapuí en el Paseo Colón, como aspirante a siquiatra, como residente del hospital.

Entonces -decía don Abel- me acerqué mucho a doña Irma y empecé a ayudarla voluntariamente con los alcohólicos que llevaba al siquiátrico, pues yo empezaba a tratarlos según las ideas de doña Irma y a referirlos a lo que era entonces la Comisión sobre Alcoholismo. Doña Irma entonces hizo gran amistad conmigo y me dio trabajo, ahí en la Comisión. Eran dos horas, creo que dos veces por semana. Dos horas estirables porque yo, en esas dos horas, veía veinte alcohólicos. Y me acuerdo que a veces pues ni cama había; y acostábamos a los señores borrachitos en el suelo, con papel periódico por cama y ahí los atendíamos.
- En fin, trabajábamos con un amor increíble por aquella gente y ahí estaba siempre la figura inmensa de doña Irma, verdad. Ella ahí pasaba día y noche tomando mucho cafecito y trabajaba y escuchaba, y aconsejaba y luchaba cuando trataba con los pacientes. Y se arrodillaba junto a aquellos hombres tirados en el suelo y los abrazaba y ayudaba a limpiarlos. Bueno, para mí doña Irma era una especie de Madre Teresa de Calcuta, guardando las distancias. Doña Irma fue inmensa con sus borrachitos. Ella me enseñó que no hay que tener asco, que todo es materia. Y ella me enseñó a juntar borrachitos de la calle, como tanto lo hicimos ella y yo. - Ella me enseñó a entrar a las cantinas a sacar borrachitos a los que la gente llamaba jumas. Y nos tenían espanto, cuando nos veían entrar salían en carrera, porque sabían que nos los llevábamos para la Comisión y los internábamos en la Comisión. Como era un servicio muy poquitito, yo me prestaba para internarlos en el siquiátrico, pero muchos siquiatras se oponían pues decían que ese centro hospitalario era nada más para enfermos mentales y que el alcoholismo no era una enfermedad mental. Tenía que estar ya un alcohólico sufriendo alucinaciones para que lo internaran; los diablos azules de verdad, como usualmente los médicos e incluso muchas personas acostumbran llamar a este tipo de alucinaciones.






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Adendum

La Doctora Irma Morales fue una costarricense ejemplar. Hizo su educación primaria y secundaria en Heredia. Sus estudios superiores los efectuó primero en San José y luego en prestigiosas instituciones de New York y Massachusetts.
Propició y participó en actividades en múltiples organizaciones y conferencias –nacionales e internacionales– cuyo propósito fue dar solución a problemas de interés social, como lo son la situación laboral de la mujer o el alcoholismo y sus consecuencias para la familia. Ella realizó acciones relevantes en áreas sociales sensibles, proporcionando beneficios a sus contemporáneos y a las generaciones futuras.

Resumen de su labor profesional:

1955 a marzo de 1976
Directora de la Comisión sobre Alcoholismo (Instituto Nacional sobre Alcoholismo, desde su fundación en 1955) Institución creada para el tratamiento y la prevención del alcoholismo en Costa Rica.
Setiembre 1973 a mayo 1978 Miembro de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Presidenta y Fundadora del Centro de Estudio sobre alcoholismo en Costa Rica.
Profesora de educación primaria, en Costa Rica.
Profesora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Costa Rica.
Supervisora de Trabajo Social en cuatro diferentes programas de Bienestar Social en New York. New York School of Social Work y Fordham School of Social Work.
Presidenta Conferencia Interamericana sobre al alcoholismo.
Presidenta Honoraria Instituto Nacional sobre Alcoholismo
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