Belén, Heredia, Costa Rica
Un 24 de diciembre, Monseñor Anselmo Llorente dio misa en la llamada Villa de San Antonio y luego marchó a su destierro, al ser expulsado por el gobierno del país. Un año después, a su regreso también un 24 de diciembre, volvió a dar misa en el mismo lugar. Fue entonces cuando los vecinos determinaron el nombre Belén para su cantonato.
Belén es lugar de inmensos mantos de agua subterránea que abastece incluso a la población del Puerto Puntarenas, pues cuando se construyó el Ferrocarril también se realizó el acueducto.
Con hoteles de cinco o más estrellas y clubes lujosos y privados, Belén es también una zona industrial con ya pocas minifincas agrícolas. Aquí existió un sesteo para carreteros que traían sus carretas armoniosamente pintadas y cargadas con café. Aquí era lugar para descanso pernoctando en su ruta hacia el puerto de Puntarenas. Fueron los tiempos del desfile nocturno de carretas transportando personas y cada boyero con su linterna encendida.
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Importante hacer notar que cada carreta tenía su propio sonido dadas las maderas
empleadas por los carpinteros en la construcción de las ruedas. En el año 1978, Doña Emilia Prieto, escritora y artista del canto vernáculo y que fuera vecina de Guararí de Heredia, en uno de sus trabajos afirma que "no habían, ni hay, dos carretas pintadas iguales. Especial la atención de la geometría pintada en la rueda. Era un gusto escuchar los sonidos de aquellas carretas cuando se encaminaban juntas dos o tres".
Cuando el día ya no es día
y la noche aún no llega
-perfiles desdibujados,
cielo azul de luces trémulas-
por las rutas el ensueño
van rodando las carretas.
Escribió Julián Marchena
Y Aquileo J. Echeverría recordando un decir popular de misterios y fantasmas escribió:
"De pronto se oyó un chirrido
me puse a parar l'oreja
y vide que en el camino
sola andaba una carreta".
También en el siglo pasado Domitilo Abarca escribió:
Vo'a vender mis güeyes:
mis güeyes tan mansos,
mu yunta tan güena;
güesiyos asina
que va pa'que nunca
guelva a encontrar otros
en toda la tierra.
Y José Antonio Gutiérrez con Olegario, nombre del personaje de la radio y la televisión a mediados y finales del siglo XX hacía comparaciones amorosas como aquella que decía;
"Igual que yunta'e bueyes
unidos por el yugo de un gran amor,
jalamos la carreta de las ilusiones...
hasta morir.
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