Barva, Heredia, Costa Rica

Posee el nombre del cacique indígena Barva e incluye su dominio que fuera llamado Valle de Barva o Valle del Cacique Barva. En 1613 se erigió San Bartolomé de Barva, pero en 1824, los vecinos decidieron cambiar de santo y se erigió como Asunción de Barva.


En 1613 se erigió San Bartolomé de Barva, pero en 1824, los vecinos decidieron cambiar de santo y se erigió como Asunción de Barva. El terremoto de 1888 dejó a la iglesia en ruinas. Curiosamente, la imagen de la Asunción quedó vuelta de espaldas en su altar y la de San Bartolomé permaneció erguida, sobre las ruinas y los vecinos consideraron como en "actitud protectora". Desde entonces las fiestas de San Bartolomé son muy lucidas con su tradicional baile nocturnal hasta la diana con la gente en ambiente festivo por las calles con música criolla en donde impera alegremente la diversión.
Barva es cuna de artistas y artesanos famosos y su patrimonio colonial.
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Belén, Heredia, Costa Rica

Un 24 de diciembre, Monseñor Anselmo Llorente dio misa en la llamada Villa de San Antonio y luego marchó a su destierro, al ser expulsado por el gobierno del país. Un año después, a su regreso también un 24 de diciembre, volvió a dar misa en el mismo lugar. Fue entonces cuando los vecinos determinaron el nombre Belén para su cantonato.
Belén es lugar de inmensos mantos de agua subterránea que abastece incluso a la población del Puerto Puntarenas, pues cuando se construyó el Ferrocarril también se realizó el acueducto.
Con hoteles de cinco o más estrellas y clubes lujosos y privados, Belén es también una zona industrial con ya pocas minifincas agrícolas. Aquí existió un sesteo para carreteros que traían sus carretas armoniosamente pintadas y cargadas con café. Aquí era lugar para descanso pernoctando en su ruta hacia el puerto de Puntarenas. Fueron los tiempos del desfile nocturno de carretas transportando personas y cada boyero con su linterna encendida.


Importante hacer notar que cada carreta tenía su propio sonido dadas las maderas empleadas por los carpinteros en la construcción de las ruedas. En el año 1978, Doña Emilia Prieto, escritora y artista del canto vernáculo y que fuera vecina de Guararí de Heredia, en uno de sus trabajos afirma que "no habían, ni hay, dos carretas pintadas iguales. Especial la atención de la geometría pintada en la rueda. Era un gusto escuchar los sonidos de aquellas carretas cuando se encaminaban juntas dos o tres".

Cuando el día ya no es día
y la noche aún no llega
-perfiles desdibujados,
cielo azul de luces trémulas-
por las rutas el ensueño
van rodando las carretas.
Escribió Julián Marchena

Y Aquileo J. Echeverría recordando un decir popular de misterios y fantasmas escribió:
"De pronto se oyó un chirrido
me puse a parar l'oreja
y vide que en el camino
sola andaba una carreta".

También en el siglo pasado Domitilo Abarca escribió:
Vo'a vender mis güeyes:
mis güeyes tan mansos,
mu yunta tan güena;
güesiyos asina
que va pa'que nunca
guelva a encontrar otros
en toda la tierra.

Y José Antonio Gutiérrez con Olegario, nombre del personaje de la radio y la televisión a mediados y finales del siglo XX hacía comparaciones amorosas como aquella que decía;
"Igual que yunta'e bueyes
unidos por el yugo de un gran amor,
jalamos la carreta de las ilusiones...
hasta morir.
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Flores, Heredia, Costa Rica

Los vecinos escogieron el apellido del Doctor Juan José Flores para perpetuarlo en el nombre de su cantón, por ser el Sr. Flores. un impulsor del progreso y desarrollo heredianos. Fue un poblado dedicado al cultivo de café que cedió sus tierras de cultivo a las construcciones de cemento y concreto; principalmente por tener dos vecinos muy grandes: las ciudades Alajuela y Heredia. Es el cantón más pequeño del país.


Entre las bellezas del lugar figuran las casas antiguas y su iglesia de granito.
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San Isidro, Heredia, Costa Rica

"Saca de agua" llamaban a estos otrora parajes en tiempos coloniales y, aún hoy, sigue siendo una verdadera "saca de agua" pues, sus mantos acuíferos subterráneos brindan agua a sus vecinos, incluso a varios sectores de la Ciudad de San José.
Según un decir popular recopilado mediante entrevista a personas mayores de sesenta años para el programa de televisión "Costa Rica es así" en el año 1978, autoridades eclesiásticas, mediante una rifa entre varios nombres de santos, el favorecido fue el santo patrono de Madrid, España.


Esta fue la tierra del jefe indio el cacique Yorustí. La iglesia data el año 1895. Esta ciudad semeja estar empotrada en la Cordillera Volcánica Central, en la cercanía del Cerro Zurquí. Este cerro posee un túnel por donde pasa la carretera que comunica la Ciudad de San José con la Ciudad Puerto Limón en el Mar Caribe.
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Sarapiquí, Puerto Viejo

En documentos del año 1640, aparece el nombre río Sarapiquí, afluente del Río San Juan de Nicaragua. De los diez cantones que conforman la provincia de Heredia, nueve se ubican en el Valle Central de Costa Rica y, juntos, suman 558.74 kilómetros cuadrados de territorio. Sarapiquí, ubicado al norte de la Cordillera Volcánica Central es 4 veces más grande; con 2.349.37 kilómetros cuadrados, equivale a las tres cuartas partes del territorio de la provincia. Es tierra de productores y agricultores que transitan por los caminos de la Cascada del Angel, la Cascada de la Paz, la Laguna de El Congo y, desde luego, el Río Sarapiquí.
Sarapiquí, es una región culturalmente reciente en el país pues fue a mediados del siglo 20 que inició el proceso de colonización. La población de Sarapiquí, está integrada por personas con una variedad sociocultural muy amplia. Algunos han aseverado que los primeros pobladores llegaron desde el cantón San Carlos de la Provincia Alajuela, atravesando los cerros que se encuentran frente al Volcán Arenal, explotando y colonizando zonas con una gran diversidad biológica, actualmente un tanto atenuada.


Posteriormente, el movimiento migratorio fue mayor, no sólo venían personas con el fin de tener su propia gran finca para agricultura y ganado, sino que además llegaban cientos de familias en busca de trabajo. Llegaron desde la zona Atlántica y de la zona Sur; así también de Guanacaste, del Valle Central y desde zonas allende de San Carlos, cifrando sus esperanzas en una nueva oportunidad de empleo, un trabajo duro que les trajera una entrada de dinero estable, segura.

Con el tiempo, las vías de comunicación y los servicios públicos mejoraron; el Estado invertíó en escuelas y en cemento para construir; lo único que hacía falta, según el decir popular, era más gente para mano de obra. Con la ganadería de leche el auge económico fue evidente por lo que se corrió la voz de que la zona era prometedora y la migración estuvo amparada por los familiares y personas conocidas de aquellos que ya vivían allí. Ante tal evidencia Sarapiquí es un crisol de culturas. Los turistas encuentran familias de arraigambre guanacasteca que preparan chicheme exquisito en la cercanía de familias norteñas con excelentes recetas para preparar chicharrones, o bien, caribeñas con su original receta de rice and beans. Todo conjuga, y en las fiestas la variedad salta a la vista con sus grupos de teatro y comités preocupados por la música como expresión sociocultural, las artesanías, plásticas y organizacionales.
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