Epílogo. Einstein, estamos siempre en punto de tangencia Un punto, cualquier punto, por pequeño que sea es una circunferencia; por tanto, su radio, invariablemente, es una línea recta. No existe la línea recta fuera del punto; y, si la línea recta que tu trazares o imaginares fuera muy grande, es que corresponde a un punto también muy grande... No obstante, si miraras -Einstein- en línea recta al infinito y tu vista fuera ilimitada estarías viendo, ahora mismo, tu nuca. Mirada infinita, pero con límite, porque esa línea recta ilimitada vuelve al punto de partida. (Uno) Estamos siempre en punto de tangencia... Punto que, si su radio saliera de su circunferencia es porque a su vez, pertenece a otra circunferencia; bien podría ser a la que pertenece la línea de tangencia, o a la circunferencia propia en que se encuentra nuestro punto de tangencia. Es finito, sólo que sin límites... Porque si estoy en mi espacio, en este mi punto de tangencia, yo decido, por mi propia energia, y basado en mis propios cálculos, si me voy por la tangente o me quedo orbitando observando la existencia desde mi punto de tangencia; o bien, regreso al mismísimo punto, aquel de donde sale el radio que llega hasta mi punto de tangencia. Partiendo de esta tríada, micra tras micra de segundo tengo múltiples opciones que a cada momento son finitas e infinitas... Infinitas porque las mismas se suceden en el tiempo y el espacio... y finitas porque quien hace los cálculos, toma la decisión y pone su energía, soy yo mismo... Un ser y un espacio infinito con limitaciones y finito pero sin límites; Porque me encuentro en el punto en que vivo la vida que siéndome dada la tengo que hacer diariamente en mi quehacer... Con visión lejana, al par y al detalle. Soy en este mundo, gigantesco punto, y en mi propio punto de tangencia, decidiendo segundo a segundo en dónde quiero manifestarme como: Uno, una persona. Uno, una persona El amor da frutos hoy y de ellos forja océanos de mañanas. La dependencia que tengo de las emociones me hizo posible tener comprensión de la naturaleza y de los valores que de ella yo tenía en mi edad primitiva. Cuando el fuego amenazaba a mí y a mi pueblo, para mí el fuego estaba vivo y me hacía huir.
Lo que es, es, -Parménides-
La mayor aventura de esta vida
La mayor aventura de esta vida -Sócrates-
Mas de las premisas - Aristóteles-
Y es estar en el mundo
La mayor aventura de esta vida
Soy el único ser conocido -Uno-
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Depando al voyageur: con niños en viaje interestelar alcanzamos al voyageur; en ruta encontramos reminiscencias del pensamiento griego. |
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