Cuenta la leyenda que una madrugada
un hombre y su carreta,
tratando de cruzar el río,
invocó al diablo
y ofreció su alma
a cambio de que le construyera
un puente.
Apareció el diablo y le dijo:
acepto... A lo que el hombre contestó:
pero debera estar terminado
antes de que cante el gallo.
Y con velocidad escalofriante
el diablo comenzo a construir
el puente... Y viendo el hombre
que el diablo se apretaba
para poner despaciosamente
la última piedra con cara burlona,
se fue a su carreta, rebuscó en ella
y sacando unos gallos los tomó
a puntapiés y justo en el límite
del tiempo, uno de ellos cantó.
Con prisa cargó de nuevo
la carreta y ya sobre el puente
dijo adiós al diablo.
Detalle del libro Tipilambi de Eric Díazserrano
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