Sí, éramos aquellas dos personas; veníamos por las escalinatas, la una que sube, la otra que baja, cuando, justo al momento en que, sin vernos aún, estábamos a la altura una de la otra... puff... se cortó la energía eléctrica... Fue la noche del apagón.
Entonces encendimos sendos móviles y ambos nos vimos las caras, como inmóviles, con mirada agradable viéndonos cada quien al rostro nuevo, como aves detenidas en pleno vuelo para la foto próxima a nuestras primeras sonrisas