Hay seres que nos dejan profundas enseñanzas: siendo ellos mismos dispensan su sabiduría. He tenido la suerte de encontrarlos en mi camino. Esas personas me sumergen en lo cotidiano, confirmándome habitante de un lugar y un tiempo específicos...

Tengo un ¡hola! único que es sólo para tí. Nació en lo más profundo de mi ser y, cada día, lo alimentan el Sol, la lluvia, el viento y las voces de los niños en la calle. Los pájaros también lo conocen... Mi hola! es un gran tesoro: un canto a la vida, un lazo con el todo.