De las personas autónomas
Ser una persona autónoma es vivir acorde al puñado de aventuras que hacen del trabajo una parte fundamental de su vida con el esfuerzo que vale, que merece la pena, porque como en toda vivencia laboral hay días buenos y regulares; de los pocos días que se tornan o salen malos, se avivan porque se ama lo que se hace para vislumbrar nuevas metas y reorientar los proyectos.