Costa Rica, Siglo 21, Segunda Década.
De la Docencia Corporativa, el desarrollo personal, las redes sociales y la visión empresarial.



Desde inicios de la segunda década del Siglo 21 quedó en evidencia un nuevo cambio polí­tico-social en el diario vivir costarricense mediante la comprensión ciudadana que sabe que los medios informativos son empresas al servicio de sus dueños, accionistas y patrocinadores; y que, si bien existen derechos a la libre expresión, como la libertad ciudadana de recibir y dar información, gran cantidad de costarricenses actúan hoy como periodistas natos, informativos y formativos mediante las redes sociales, sin la obligatoriedad de estar colegiados a ningún ente estatal como sucedía en la décadas de los años setenta y finales del Siglo 20 según la dictadura de un llamado colegio de periodistas.

La mayoría de las personas del electorado nacional reconocen ser parte o haber pertenecido a de una o más redes sociales. De manera similar, las grandes empresas, medianas, pequeñas, o inicio de gestión empresarial y personal, cuentan con su propia web para existir y subsistir.

Con "enlaces en línea", toda actividad se afinca de forma sustancial a la operación y a los resultados de la producción empresarial. La sociedad en red aúna un sistema dinámico en evolución y expansión constante al espacio vital entre lo privado y lo público: el mercado y el estado.

La cultura digital

Políticamente es la categoría de vivir y convivir de manera progresista con su acelerado ritmo cambiante que nos recuerda a cada instante que mutar es vivir. El entorno actual gestiona con la Docencia Corporativa al indagar, en procura de la máxima de todos los tiempos: jugar y ganar, aunque el juego, mientras para unos se complica, para otros es simplemente maravilloso.

La llamada Inteligencia Artificial es producto de la Inteligencia Tecnológica desarrollada por personas conocedores y profesionales en el arte de la inventiva y la creatividad aplicada mediante la Docencia Corporativa en conectividad constante.

Los empresarios de cultura tradicional observan que los clientes de las compañías digitales acceden a todos los productos y servicios en la red mientras que, en su negocio tradicional los puntos de contacto digitales son esporádicos porque no están integrados en el negocio y sólo se utilizan como una ayuda adicional. Colateralmente, los costarricense próximos a la década de los años treinta ven que las viejas élites han visto emerger nuevos grupos humanos minoritarios con personas que obstentan estatus superiores con enorme poder político, económico y social.

Las viejas y las nuevas élites económicas han aportado vivencias difíciles para el conglomerado costarricense sobre todo por las tendencias de la economía mundial, el narcotráfico, la fragmentación de los instrumentos políticos en relación entre el Estado y su sistema institucional. No obstante, estas vivencias son proclives, por su propio peso, a una integración horizontal medianamente armónica entre las distintas élites sectoriales y, también, a una integración vertical en contacto fluido con el común de la población.

Lo anterior fue puesto en evidencia ante el electorado común mediante el hecho público relacionado con el encarcelamiento de magnates de la construcción covertidos en personas millonarias centroamericanas que llegaron a consolidarse más allá de las viejas familias ricas costarricenses de bajo estatus en relación con los grupos poderosos de los países centroamericanos.

Luego de la pandemia global que azotó al mundo al inicio de de la sugunda década del Siglo 21, el electorado nacional observó a plenitud la existencia de la institucionalidad pública; misma que tiene y obtiene trillos y trampas promovidos y amparados en la construcción de las leyes, a su vez, mismas que son posible sortear ante el Poder Judicial de Costa Rica que conserva la fuerza en destapar redes corruptas de pocos o muchos años de existencia.