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Contigo
Hannia Hoffmann

El canto del colibrí, los yigüirros y el cas



Vi a un colibrí posado sobre la cuerda del tendedero, en el patio. Un azulejo voló cerca de donde estaba el colibrí. El azulejo gorjeó. El colibrí se retiró delicadamente. El azulejo se posó en el espacio que antes ocupaba el colibrí. Luego, el azulejo se retiró. El colibrí regresó y se posó nuevamente sobre el tendedero, en el mismo espacio que había ocupado antes. Ahí permaneció durante varias horas. Cambio de posición muchas veces, en el mismo sitio.

Como a una distancia de medio metro, sobre el mismo tendedero, un yigüirro, bastante grande y gruesito – a mi parecer, una hembra- también estuvo posado durante todo este tiempo.

Es un verano seco y bastante frio. Varios pájaros se están posando cerca de la casa, en el área del tendedero, cerca de los árboles de cas. Antes no lo hacían. Permanecían en los arboles. He visto varias parejas de yigüirros, parejas de azulejos y una pareja de colibríes. Eric dice que se acercan buscando agua y sombra, pues hay mucho viento y los arboles han perdido casi todas sus hojas. Como no estamos en tiempo de cosecha, todas las mañanas les dejamos en la pila del patio bananos y naranjas partidas y, a veces, les dejamos también trozos de de papaya.

¡ Qué pequeñitos son todos estos pájaros !

¡ Parece tan indefensos ! ¡ Qué difícil es la vida que llevan ! Los yigüirros se erizan al acicalar sus plumas. No vienen todos los días, lo hacen como de día de por medio. Pero cada uno ocupa siempre el mismo espacio en el tendedero; los yigüirros no levantan vuelo si salimos al patio mientras ellos están ahí; los colibríes sí lo hacen.

Nunca había visto un colibrí posado por tanto rato. Estoy feliz de verlo ahora. Al nido del colibrí le llaman "macuá" y existe una leyenda que le atribuye poder mágico, tal como nos lo cuenta Eric en su juguete cómico llamado Macuá con las legendarias Bruja Zárate, La Llorona y la Zegua.



Como en el patio tenemos tres árboles de cas, el de mayor edad es inmenso y robusto y los otros dos son un tanto menores en tamaño, son sus hijos me dijo Eric, porque de sus semillas nacieron; semillas que germinaron de dos frutos de cas que, en el suelo se secaron y pueda que, los yigüirros en una danza en celo, las removieron con sus patas cubriéndolas con tierra.

Cerca de la casa hay muchas matas que Eric poda, algunas con flores que, a veces, las lleva adentro de la casa, como las calas y muchas otras. Una vez sembramos unas matas que llaman azul de mata, que sirven para blanquear la ropa. Estas matas se ha hecho grandes con hermosas flores rojas, alargaditas. Recuerdo que las trajimos de la casa de mi abuelita Lydia La Croix allá por La Uruca en el Barrio La Peregrina. Ya mi abuelita no vive y tampoco existe aquella vieja casa.

Un sábado de abril, recuerdo, empecé a limpiar el patio de nuestra casa, para hacer un huerto. Limpie, también, ambos lados de la vieja pila y les deje la tierra que tenían acumulada. Es decir, solo quite las hojas de cas que la pila tenia encima porque se había formado una gruesa capa de tierra abonada. Ahí tenía yo unas semillas de chile dulce, secas; y de naranjas, que había ido guardando. Hice un semillero de chile dulce a la derecha y uno de naranja a la izquierda de la pila y dejé libre el espacio que uso para poner comida a los pájaros. Luego Eric las protegió con un gran cedazo diciéndome que así, las aves no podrían escarbar la tierra para comerse las semillas.

Cuando estaba limpiando la pila, oí un batir de alas de uno de los colibríes que venía directo hacia donde siempre están las naranjas para ellos. Al verme, dio vuelta y se fue a posar en una rama del árbol de cas. Ahí se quedó por un rato. Entonces me dije, mañana voy a limpiar la primera parte del patio, la del lado derecho, la que está más cerca del ventanal junto al cuarto del fondo. Voy a correr los escombros, a recoger las hojas y a preparar la tierra para sembrarla. Pienso sembrar unos poquitos frijoles y tomates. Ya ahí estaban creciendo dos matitas que dias atrás habia sembrado. Todo esto es muy divertido.

Este 12 de abril amaneció frio y oscuro. Limpié una otra parte del patio para prepararla para hacer el huerto. Fue entonces que me encontré un adorno de madera de un arreglo floral que me dieron, hace más de diez años, unos alumnos. Pensé, voy a usarlo como macetero, para sembrar flores y así lo hice. Hoy no he visto ningún pájaro en el patio. A la 1.40 p.m. limpié las hojas de una pequeña parte del patio. Las eché en una bolsa gigante para basura. Tardé unos 40 minutos, alternando con el proceso de la lavadora y tendido de la ropa.

Apenas terminé, un yigüirro bastante grandecito se posó sobre el terreno limpio y caminaba de un lado a otro… me dio la impresión de que lo inspeccionaba… en realidad me parece que buscaba la posibilidad de atrapar lombrices. Luego, tomé la manguera para mojar la tierra y apareció un colibrí, que permaneció discretamente en una de las ramas del árbol de cas grande. Otros dos yigüirros también llegaron y un pajarito pequeño, café claro, que tiene copete y muy asustadizo, también apareció, sobre la tapia. Observaban la tierra húmeda y, al irme, ya dentro de la casa, sin que me vieran les dije adiós desde el ventanal.

Ya he vivido más de la mitad de una centuria y, aunque soy muy ágil y saludable, no es mi sino el abuso de mi cuerpo. Esto es un pasatiempo. La tierra que hay en este gran patio es negra y muy fértil. Además, tiene muchos nutrientes, aunado a las hojas del árbol de cas que caen dos veces al año.

Hoy es 13 de abril. No he salido al patio. Por la ventana de la cocina observé, en la mañana, al colibrí que me parece que es la hembra. Pienso que mañana voy a recoger las hojas que han caído hoy en la parte del patio que limpie ayer. Así, voy a preparar las semillas para el cultivo de frijoles en ese pedacito. Serán unos poquitos, pues lo que quiero es ver las flores que son tan bonitas; las llaman puriscos. Pienso hacer entonces un pequeñísimo puriscal.

Hoy es 14 de abril. Un yigüirro estaba buscando lombrices en la tierra que yo limpié el domingo. Y ya esa tierra tiene una fina capa de hojas secas encima. Ahorita la limpio nuevamente. A las 2.30 p.m. regué el jardín delantero y luego el patio. Antes de salir al patio, observe un yigüirro joven sobre la pila, comiendo en el macetero blanco. Supongo que las semillas de naranja. Cuando se percató de mi presencia, se detuvo y me vió por un rato: tenia el pico lleno de tierra oscura y húmeda... luego, alzo vuelo y se perdió entre las ramas del árbol grande de cas.

Mientras, el colibrí ha estado durante todo el día en su espacio, en el tendedero… cambia de postura y ahí permanece. Su figurita es tierna y delicada. Pero tiene una elegancia natural. A pesar de su tamaño tan pequeño, para mi un ave diminuta, se ve como muy seguro y es, en verdad, bello, adorable…

Llegó desde temprano el colibrí que, me parece, es la hembra. Ha estado posado en todo el alambre… Me parece que podría llegar a entrar a la cocina. En cuanto me ve, hace un ruido como un gorjeo que varía en pequeñas notas a manera de canto con sonidos cortos. Me los figuro como de cristal. Y ladea la cabeza, digamos, cortésmente, mientras emite sus notas. Le veo observar cuidadosamente su entorno. ¡Claro! ¡Es tan diminuto y frágil ! Debe estar atento siempre. ¡Es la ternura materializada!

El otro colibrí tiene un colorido un tanto más vistoso, también estuvo temprano en el alambre, presumo que es el macho. Es distinto porque tiene la cola más larga y en el cuello tornasoles en verde. Pero no lo siento tan cercano a mi persona como al otro. El colibrí continúa posado en el alambre, gorjea esos suaves sonidos cristalinos… De pronto, abre sus alas y como que se estira… abre su espléndida y diminuta cola en tonos anaranjados… y sigue ahí, posado… imperturbable y siempre diminuto ¡lo amo!

16 de abril. A las 2:54 p.m. salí al patio y había un yigüirro buscando lombrices sobre la tierra negra. Nos asustamos ambos, pero él salió volando y se quedó un rato sobre la tapia de atrás. Luego, regresó a escarbar de nuevo la tierra, tranquilamente… Después de dos días de que no vino ninguno de los pájaros, ayer el colibrí se posó durante varias horas en el lugar de siempre. Y un yigüirro joven comió de las macetas que hay en la pila, con semillas.

El domingo no vino ninguno.

El 21 de abril vi que brotaron las primeras plantitas de chile dulce en el semillero de la pila, en el patio. Eric las aporcó y yo trasplanté dos a otra maceta. Este patio tiene una gran naturaleza, casi salvaje; con plantas, aves pequeñas y grandes como el pájaro bobo, Eric me dijo que esa ave que nosotros llamábamos bobo había sido declarado muchos años atrás, el ave nacional de la República de Nicaragua al que llaman Guardabarranco.

Aquí vemos siempre arañas de variados colores; indefensas arañitas, tejen sus redes para pescar mini-insectos que vuelan, que navegan al aire libre. Hoy solo llego un pájaro. Me pareció un azulejo, se posó en la pila, pero se asustó al verme salir al patio. Entonces vi unas plumas largas volando sobre el alambre del tendedero y ói el cantito de notas finas y delicadas. Sí, ahí estaba para mí con su canto. El otro colibrí llegó después y estuvo sereno, posado sobre el alambre.

En el jardín delantero, mientras secaba mi pelo al sol, observé azahares de los cuatro árboles de cas que dan al frente con algunas de sus ramas sobre la calle pública.

Una abeja libó primero una y luego siguió con las demás una a una. Cuando me iba a regresar a la casa, cayó un fruto del cas. Luego, encontré otro cas en el patio. Va a empezar la cosecha, al parecer, pensé. Las ramas de estos árboles tienen muchas flores. Se ven preciosas… Los cantos de los pájaros se escuchan en medio del sereno silencio que hay siempre en el lugar. Hoy desayuné cereal con jugo de naranja, en lugar de té con leche. Ya me hago vegetariana, me dije, justo en el momento en que de nuevo vino el colibrí de cola larga y se quedó conmigo un rato, un tanto lejano tal vez, pero sí, cercano a mi persona.

30 de abril. Hoy no he visto a los colibríes. Pero sí, en la copa del árbol grande del patio, a un pájaro amarillo con alas gris. Diminuto. Cantando. Su canto llenó todo el espacio del árbol y del patio, por varios minutos. Maravilloso, sencillamente maravilloso. Sorpresivamente Eric vino, me besó y, de inmediato, se puso a hacer un comedero para los colibríes mezclando agua con miel de abejas.

Ya hoy es 04 de mayo… Los pájaros no han vuelto a venir. Tampoco los colibríes… Pero bueno, yo estoy aquí hablé y hablé como conmigo misma. Traje jengibre para reproducirlo por rizomas y, a la vez, ir sacando trocitos de raíz para consumo hogareño.

Hoy es 17 de mayo. Hace muchos días no veía ningún pájaro de los que habitan el patio y el jardín. Hoy Sali a aporcar las plantitas de chile dulce cuando escuché el canto de un yigüirro y lo vi que estaba sobre el techo del tendedero. Continué trabajando. Al rato y ya mientras aporcaba las plantas, escuche el canto de otro yigüirro que estaba ubicado en el techo de uno de los cuartos, el dormitorio grande. Era mas grande que el anterior. Dice Eric que eso lo hacen para desorientarlo a uno, que se posan y cantan hacia el lado opuesto de donde tienen sus nidos con sus polluelos, sus críos.

Recuerdo que al finalizar el siglo veinte, Eric me dijo que, siendo niño, sembró el árbol de cas que hoy es el robusto y más grande de todos, que en estos años aún no existían los de el jardín que daba al frente de la calle pública de la que nos separaba una tapia alta y grande, sea, aún no habían sido sembrados.

Fue por ese tiempo cuando encontré un cascarón de un fruto del cas entero, con todas sus semillas germinadas con las hojitas en crecimiento, un verdadero bosquecito enano que tuve en mi mano. Veamos, todas las semillas de ese cas habían germinado y, sobre el cascarón, estaban los arbolitos, aun en lo que había sido el fruto, como cuando eran semillas. Se lo llevé a Eric y él escogió los cuatro más grandes y los sembró en el jardín, junto conmigo. Hoy, los árboles producen dos cosechas anuales. Precisamente, en este momento, está empezando una de esas cosechas. En la última semana hemos recogido muchos frutos. El fruto del cas forma parte de nuestras actividades pues tanto en la casa como en los alrededores funciona nuestro Taller de Producción de Comunicación con Taller Literario, videofilm e impresos.



Recientemente nos hemos enterado del advenimiento de la internet a nuestro país, Costa Rica. Vislumbramos que ya el mundo no será igual y estamos preparados para hacer frente a ese nuevo mundo; nuestra web se va a llamar lectorias.net con un respaldo .com y también con el nombre de cronistas. Todos nuestros libros formarán parte de nuestra Biblioteca de Lectorías que haremos llegar de manera gratuita el público en general. Tendrá recursos para la docencia y para quien desee cultivarse por su cuenta mediante la indagación en nuestras web y, también ofreceremos asesoría profesional en materia de comunicación personal, corporativa y familiar.

La experiencia de Eric en todos los ámbitos de la comunicación se hará presente en la alborada del próximo siglo veintiuno mediante su sistema propio de hipertexto html (Hyper Text Markup Language), en el que ya ha venido trabajando y ahondando por intermedio de nuestras muchas amistades en mundo con quien se ha comunicado mediante cartas escritas a mano e impresos, con mi apoyo cercano y permanente. De mi parte, yo, Hannia, seguiré trabajando en las ciencias comunicación y, ambos, siempre recordaremos estos bellos tiempos que hemos vivido en este siglo que ya se nos hace viejo y que, con nosotros, siempre estarán, dondequiera que estemos en nuestro país, los cases los yigüirros y colibríes, las muchas aves, las matas y las flores, veremos nuevos azahares y nos daremos nuestros besos... como siempre, nuestros muchos besos en el nuevo siglo, en los nuevos años venideros que, desde ya, nos aguardan.


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© Hannia Hoffmann © Eric Diazserrano