Eric Díazserrano; Comunicación Comercial

La habilidad de escuchar

Escuchar requiere concentración.
Penetración en el lenguaje
que va más allá de las palabras
y que el escucha distingue
por las entonaciones
y variables del interlocutor.

Huelga decir del buen juicio
para saber cómo actuar, especialmente
ante expresiones étnicas o sexuales.

El escuchador asiduo, da por un hecho
que todas las personas dicen algo
de importancia para él (por la boca
muere el pez), mientras adjudica y devela
los grados de importancia.
Es de comunicadores ofrecer facilidades
de comprensión para el que habla
(como señales de tránsito que
se ofrecen al conductor) con expresiones
ajá, entiendo, claro, por supuesto,
o similares según argot. "Mencione
cualquier arandela para saber si estamos
hablando de lo mismo" dijo el actor
que representaba a un mecánico.

Repetir el mensaje para que viva
una y otra vez es lo usual
en la comunicación comercial.
También en los mensajes de inducción de
las empresas para sus colaboradores,
vendedores y público en general.

El escuchador asíduo no se pierde
las expresiones faciales, tono de voz,
contacto visual, movimiento de manos
y de toda ayuda semiótica en la transmisión
de información. Si una persona no está
conciente de esta comunicación, puede perder
esos mensajes que, a veces, son opuestos
a los expresados con palabras.