Flautas Dulces Vientos del Mañana
El proyecto Flautas Dulces Vientos del Mañana lo inició Hans Bansbach, hijo de don Juan y padre de Stephan y Werner, en el año 1972. Desde esa década ya había documentación de los primeros seminarios que Hans hizo con Yamaha, nos dice Juan Guillermo Ramírez Yepes quien afirma que los japoneses lo tenían en su base de datos en relación con los primeros seminarios que se llevaron a feliz término desde la década de los años ochenta cuando Hans hacía seminarios de flautas con ellos.
Hay historias muy bonitas en esas dos décadas de los años setenta y ochenta
nos dice Werner, porque cuando Papa se estudia la idea de introducir la empresa Instrumentos Musicales Bansbach, cuenta que, conversando con mi abuelo, con don Juan, estaban en esa época en que las ventas de flautas dulces, si acaso, llegaban a una flauta o máximo dos flautas por mes, por lo que, tal vez, vendían quince flautas dulces al año. Entonces los japoneses le plantearon la idea a Papa de presentar un proyecto de flautas dulces al Ministerio de Educación. Papa estuvo de acuerdo pero a manera de un simple acercamiento aportando seminarios y, así, empezó a desarrollar un poquito esa idea de hacer ese trabajo.
Y digo que es esta una bonita historia - e incluso agradable y hasta cierto punto divertida - porque cuando Papa empezó a levantar el trabajo, cuenta que él se acercó y le dijo a mi abuelo:
- Necesitamos pedir cien flautas.
Y mi abuelo dudó un poco de las palabras de Papa haciéndole ver que su propuesta era ridícula, porque, le dijo mi abuelo, don Juan, si sólo vendemos diez o a lo sumo quince flautas dulces al año, dime ¿por qué vas a pedir cien?
- Entonces Papa le explicó a mi abuelo que había iniciado un aporte impartiendo seminarios con muy buenos resultados.
Entonces se avocaron a la realización del proyecto y para su mejor sorpresa, las primeras cien flautas dulces que pidieron se vendieron como en un mes, por lo que antes de que terminara ese mes, decidieron pedir el doble, sea, doscientas flautas dulces y, luego, un par de meses más tarde, Papa le dijo a mi abuelo:
- Hay que pedir 300…
Y así, me contaba Papa que llegaron a vender, en algunos años, unas veinticinco mil flautas dulces e incluso, ya en el nuevo siglo veintiuno, en los años prepandémicos, vendíamos más de veinticinco mil flautas. Así, a grandes rasgos podemos decir mi hermano Stephan y yo, que así fue la evolución de un proyecto partiendo, desde que no existía nada hasta que empezamos a trabajar con profesores de música, haciéndoles ver que, si desde la infancia se promovía el aprendizaje musical con un instrumento de muy bajo costo, luego, cuando esos infantes adquirieran la edad juvenil, bien podrían incursionar en el aprendizaje con instrumentos de viento como clarinetes, sax o flautas traversa.
Recuerdo que en un principio un japonés empezó a dar seminarios y, dada la época, eran seminarios de manera un poco informal en el sentido de permanencia y asistencia; por lo que esos seminarios fueron un poquito menos estructurados. Porque es importante hacer mención que el Ministerio de Educación ayudaba en reclutar a los profesores. Entonces los profesores venían, participaban y todo caminaba con buena dirección. Pero ya muchos años después, cuando Juan Guillermo Ramírez, mi hermano Stephan y yo entramos con la idea de que el proceso se tenía que formalizar un tanto más, aunamos esfuerzos para solicitar permiso para que los profesores tuvieran la opción de salir de las aulas para participar en los seminarios.
Así, entonces, hubo un convenio inicial que firmamos con esa base de que se le daba el permiso a los profesores de participar en los seminarios. Y empezamos a hacer seminarios mensuales y semanales y llegamos incluso a hacer más de cien seminarios en un año.
Juan Guillermo Ramírez Yepes cuenta que diez años después, con la ayuda de Instrumentos Musicales Bansbach desarrollamos en Colombia un proyecto similar de flautas dulces. Sea, en Costa Rica Bansbach desarrollaba su proyecto de flautas dulces e Incolmotos Yamaha de Colombia desarrollaba también su proyecto específico dada la naturaleza de este país cuyo amplio territorio posee cincuenta y un millones de habitantes. Y sí, eran dos proyectos diferentes con el mismo foco: flauta dulce con ánimo de colaborar y ayudar a la educación musical a formar músicos.