El Mago y Scámpolo Es este un detalle del cuento "La ultima noche en la Feria de Tipilambi" del libro Tipilambi; de Eric Díazserrano. Son dos los protagonistas: el Mago y Scámpolo, juntos al filo de la media noche, la víspera del día en que el joven Scámpolo cumplirá su mayoria de edad. ...hasta ese día en que, sin saber cómo ni por qué, se encontró en medio de una algarabía con magos, carpas de circo, juegos de azar y mecánicos, puestos de comida y bebidas, algodón de azúcar, luces que subían o bajaban y todo a su alrededor dando vueltas y, el mismo, dando vueltas dentro de sí mismo, sin saber si iba o venía. ¿ Para dónde... voy o vengo ? -musitó- Luego escuchó una voz de altoparlante: "Sé en tus obras como eres en tus pensamientos...Pasen, pasen amigos... el mago les leerá el presente, pasado y porvenir. La clarividencia del mago les mostrará el camino, una consulta con él y se aliviarán todos sus problemas... venga al secreto de la vida. Hoy es la última noche en la feria de Tipilambi... Ya nos vamos". Ahora el parlante seguía repitiendo casi lo mismo, pero esta vez Scámpolo lo escuchó como por encima de su cabeza, asida su mano al paral de entrada a la tienda... Adelante -dijo un anciano que tenía sobre su cabeza un capuchón negro con una luna en menguante y una estrella plateada- Adelante-repitió. -¿ Es verdad que usted puede decirme quién soy, de dónde vengo y Para dónde voy ? El anciano sonrió. Era fácil observar que el prospecto de cliente que tenía a la vista no le reportaría ni una sola ganancia más a su bolsa; pero la forma ingenua en que Scámpolo musitó sus preguntas, le hizo comprender que el recién llegado necesitaba un poco de ayuda proveniente de cualquier parte, y le pareció que no mucha. En su apariencia se veía un muchacho sano y no mal vestido. Le fue fácil entrever en la tenue claridad de la mirada, que se trataba de un jovenzuelo confuso. Se quitó el capuchón y le dijo: -Pasá. Sentate; yo no ando buscando un hijo pero parece que vos necesitás un patrón páter, y creo poder hacer ese papel por diez minutos. Scámpolo se sentó, y apenas lo hizo, el mago -que ahora era más anciano que mago- le espetó: Vamos, decime un número: ya, el primero que se te ocurra. Uno-contestó Scámpolo- -Muy bien... Muy bien, me parece que sos basante inteligente, haz pensado en un número y precisamente el uno. ¿ Sabés qué es el uno ?- le preguntó el anciano con cara benevolente. Scámpolo hizo una mueca y levantó los hombros comunicando: ¿ Qué se yo ? Ese uno sos vos-dijo el anciano- ¿ Que yo soy ese uno ?-preguntó Scámpolo saliendo de su especie de drogadicción-. Sí, vos sos uno de los tantos que andan por la vida sin saber que andan haciendo, ni de dónde vienen ni para dónde van. -Sí, es cierto, yo soy uno de esos-. Pero antes de llegar hasta aquí vos eras nada y ahora sos uno, ¿ cierto ? Cierto -contestó Scámpolo- -Bien, entonces no te importe quién fuiste porque eras nada, mas ahora, debe importante quién sos, porque ahora sos uno...Igual que yo; yo también soy uno -Scámpolo sonrió- y cuando uno es uno - continuó diciendo el anciano- puede valer por dos y hasta por más, pero lo importante siempre es: ser uno. Scámpolo estaba ahora relajado y su mirada ya no era tenue, sino clara. ¿ Tenés hambre ? -En vedad no había pensado si tenía o no hambre, pero ante la pregunta sintió como si una "U" se hubiese manifestado un poco dentro y arriba del ombligo- sin esperar respuesta el anciano continuó- para ser uno y sentirse uno, es necesario tener el estómago lleno, pero nunca, muy lleno. ¿ Tenés plata ? Scámpolo se tocó las bolsas... Tengo lo suficiente como para comer algo. -¿ Trabajás ? -Hace días que no... en realidad no sé qué he estado haciendo. -Para ser uno es necesario trabajar, es la única forma de llegar a ser dos o más -diciendo esto el anciano se volvió a poner su gorro de luna y estrella plateadas - pero lo importante es seguir siempre siendo uno. Acto seguido el mago movió una esfera de alambre en la que brincaron docenas de bolas blancas que parecían huevos de tortuga inflados. La impulsó una vez más con la mano en la que tenía un anillo grande y resplandeciente. Detuvo la esfera y sacó de ella una bola blanca en la que había un número que, sin verlo, mostró a Scámpolo: ¿ Qué número hay en la bola ? - Trescientos setenta y nueve. dijo Scámpolo. ¿ Decime cuáles son los números que ves ? - El tres, el siete y el nueve. -¿ Sabés sumar ? ¿ Cuánto suma tres, siete y nueve ? Diecinueve -agregó Scámpolo-. Con que diecinueve ¿ eh ? Uno y nueve... ¿ Y cuánto es uno más nueve ? Dime... Diez -repuso Scámpolo- Bien... Hace diez minutos venías de la nada y ahora sos uno, mas el cero que dejaste atrás, la rueda de los números te lo ha puesto por delante y en eso tenés que entender, que costoso es el saber que comprás con la experiencia, pero es aún más costoso el que te falta por comprar. ¿ Cuánto suma uno más cero ? Decime pronto, porque diez son los minutos que han pasado y eran diez los minutos que te podía dedicar -dijo el anciano sonriente, ocultando la bola entre su mano y mostrándole el dedo índice hacia arriba. Uno -musitó Scámpolo casi embebido- y de inmediato, el mago -como si la bola se hubiese transformado-, sacó un boleto y dándoselo dijo: Está por caer la última noche en Tipilambi. En la tienda del teatro la última función recién empieza... Adiós. Recuperado de su abstracción, Scámpolo le miró sonriente. Le parecía sumamente extraño que en un mago de feria pudiese haber tanto saber. El anciano pareció adivinar lo que pensaba y le dijo: No creás, eso te parece ahora, pero en verdad yo sólo sé contar hasta diez. Mas uno, con ese simple saber puede tomar escudo y avanzar con paso decidido a favor del viento o contra todos los vientos. La alegría se alberga en la templanza de uno. La felicidad no es algo que se alcanza, simplemente la vive uno. Acto seguido el anciano continuó hablando, pero ahora su voz de nuevo volvió a escucharse en el parlante: No busque en otros lo que está en usted... Ni en usted lo que está en otros... Pase, pasen, es hoy la ûltima noche en la feria de Tipilambi... Desestime el "qué dirán"... Venga y el mago les dirá el presente, pasado y provenir... Una consulta con él y se aliviarán todos sus problemas... Adiós Tipilambi; Eric Díazserrano
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