Un producto -en sentido amplio- debe ser definido en función de la solución de un problema para el comprador. Para efectos de estudio, los productos se dividen en productos de consumo, que son directamente aquellos para el consumidor, y productos de empresa, que usan las empresas en sus procesos de producción y para satisfacer sus necesidades de consumo propias). Partamos de que el empresario debe conocer las características de sus productos y también las de los productos de la competencia, para asegurarse de satisfacer adecuadamente las necesidades reales del consumidor para asegurar que la empresa puede innovar constantemente sus productos; asimismo, para optimizarlos de acuerdo a los posibles cambios en el mercado, modificando su presentación, desde las etiquetas hasta sus comerciales posicionados en los medios; y aún más allá como lo es la modificación del mismo producto como tal (sabores, usos, tecnología, etc.). El proceso de desarrollo de un nuevo producto tiene su punto de partida en sesiones de ideas como análisis del negocio. Luego sigue por el desarrollo de modelos piloto o cantidades pequeñas del producto para determinar la factibilidad de producción del mismo. Esto incluye pruebas de mercado en áreas geográficas limitadas, para determinar la factibilidad de mercado en gran escala. Cabe destacar que el mercadólogo y el publicista deben servirse del diseño para complementar su trabajo, pero esto bien se puede resumir en 5 pasos: Investigación (posición de la tesis en torno al caso), Diálogo en las sesiones de ideas (como antítesis), Síntesis (resultante lógica de ambas premisas), Análisis (de posiciones divergentes) y el beneficio de la duda; lo que significa dudar de todo lo expuesto hasta que quede ampliamente demostrado que la planificación es coherente con mínimos márgenes de error propios de las eventualidades. Lo anterior está bien ejemplarizado en el prólogo del libro Evasiva Verdad que nos dice: "una producción, ya sea cocer el alimento diario o un artefacto espacial, coincide en forma natural con nueve pasos: tesis, antitesis, síntesis, análisis, duda, espacio, tiempo, matelización y el "quehacer". Continúe esta lectura aquí... |