Asumir la obligación de prestar un servicio a una causa meritoria puede resultar una experiencia maravillosa y satisfactoria, siempre y cuando sea algo que uno desea y tenga el tiempo y la capacidad para hacerlo. Algunas veces decir "no" es penoso, máxime cuando, sinceramente, le mueve a uno algo en pro un interés social. Si lo que hay que hacer parece interesante aún así es menester no comprometerse de inmediato; es mejor formular las interrogantes del caso para asegurarse si, en lo que se va a comprometer es posible realizarlo. Continúe esta lectura aquí... |