La habilidad de escuchar. Escuchar requiere concentración. Penetración en el lenguaje que va más allá de las palabras y que el escucha distingue por las entonaciones y variables del interlocutor. Huelga decir del buen juicio para saber cómo actuar, especialmente ante expresiones étnicas o sexuales. El escuchador asiduo, da por un hecho que todas las personas dicen algo de importancia para él (por la boca muere el pez), mientras adjudica y devela los grados de importancia. Es de comunicadores ofrecer facilidades de comprensión para el que habla (como señales de tránsito que se ofrecen al conductor) con expresiones ajá, entiendo, claro, por supuesto, o similares según argot. "Mencione cualquier arandela para saber si estamos hablando de lo mismo" dijo el actor que representaba a un mecánico. Repetir el mensaje para que viva una y otra vez es lo usual. Continúe esta lectura aquí... |