Hace unos 3000 años se produjo una verdadera revolución: la invención del alfabeto. Es una larga historia cuyo origen radica en el pueblo comercial y marinero de los fenicios, quienes se posaban entonces sobre las riberas del Mediterráneo, en Africa del norte, en España, sur de Francia, Sicilia, Cerdeña, Chipre, Grecia, Turquía y la Italia. En lectorias.net hay enlaces que nos ofrecen lecturas relacionadas con la escritura cuneiforme. Nos dicen que tanto esta escritura como los jeroglíficos y los caracteres chinos tienen todos en común que sirven para transcribir; sea palabras, sea sílabas. Saber leer y escribir, en esos sistemas, significa conocer un gran número de signos o de caracteres. Muy distinto es el funcionamiento del alfabeto, que permite, en principio, con unos treinta signos, escribir de todo. Esto nos parece evidentemente simple, no obstante que las veintiseis letras de nuestro alfabeto, por ejemplo, no traducen todos los sonidos... Pero de todas maneras, veintiseis letras son menos que los mil caracteres que registra la escritura china, o centenas de jeroglíficos del egipcio,y aún menos que los seiscientos signos cuneiformes que tenía que aprender un alumno en Mesopotamia. Por esta razón, la aparición del alfabeto marcó verdaderamente un hito. Estos signos que expandieron los fenicios provienen de un desenvolviminento intelectual que se gestó en el tiempo, que en su trajín de comerciar fueron el medio para la simplificación, tanto en su contabilidad como en el uso cotidiano de las formas de hablar, de los dichos. Pero si es interesante destacar que el alfabeto fenicio es de sólo consonantes. Son los griegos quienes aportan las vocales y estilizan las letras que hoy conocemos. Los romanos obligaban a poner, al inicio de los textos, la primera letra en latín; de esa manera introdujeron su escritura y así prevalece hasta nuestros días. Continúe esta lectura aquí... |